EL CONFLICTO CATALÁN

Trágala

Entre la astucia y la deficiencia, la salida del diálogo ya apenas es un sendero. Y cada vez hay menos ánimos para recorrerlo. Queda el trágala... No debería ser una opción

Cuixart y Sànchez

Cuixart y Sànchez

EMMA RIVEROLA

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Entre la astucia de unos y la deficiencia de otros, señores y señoras, nos vamos a la mierda. Cuesta vislumbrar otro camino más claro que este. La detención de Sánchez y Cuixart solo cabe inscribirse en una justicia ciega al momento de hipertensión política o a una nueva provocación del Gobierno del PP, siempre presto a inflamar la escalada de despropósitos. Una vez más, el relato independentista que pretende comparar la democracia actual con la dictadura franquista tiene quien le inspire nuevos capítulos. 

¿Y ahora? Ahora que ya se ha roto el espejismo de la revolución de las sonrisas, ahora que ya está claro que la voluntad independentista puede quebrarse a golpe de porras, perder prendas económicas e, incluso, sufrir penas de cárcel; ahora que el miedo, la rabia y la humillación ya se han instalado entre los que soñaron con declarar la república sin un rasguño, ahora, ¿qué? Es imposible que Rajoy crea que con tanto desatino se debilitará la base social del independentismo. Al contrario. Si lo que pretende es que cale el miedo en la calle si se aplica el 155 quizá lo consiga, pero la calle no se vaciará. Y en vez de familias dispuestas a desfilar con la nueva camiseta de la temporada, pueden llegar otros dispuestos a responder ofensa con ofensa, golpe con golpe.

Entre la astucia y la deficiencia, la salida del diálogo ya apenas es un sendero. Y cada vez hay menos ánimos para recorrerlo. Queda el trágala… No debería ser una opción.