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La magia y el problema

cine sally hawkins in the film the shape of water

cine sally hawkins in the film the shape of water / periodico

Mikel Lejarza

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Este es el mes de los festivales de cine. Primero el de Venecia (del 30 de agosto a 9 de septiembre), un certamen tan bello como incómodo por su localización en el Lido, y que pese a su inclinación por el cine de autor, o igual por eso, ha premiado al gran <b>Guillermo del Toro</b>, indiscutible dueño de un universo propio, pero demasiado exitoso como para brillar en territorio proclive a los gustos minoritarios de los críticos más sesudos. Ya se sabe que para parte de la crítica especializada, presa de un despotismo ilustrado bastante añejo la verdad, el éxito comercial está reñido con lo artístico la más de las veces.

La excelente 'The Shape of Water' de Del Toro es la demostración de que se puede hacer cine comercial, atractivo para las mayorías y sin embargo ganar premios prestigiosos y recibir críticas elogiosas al mismo tiempo. Claro que para eso hay que ser un genio como es el cado del conocido director mexicano.

'The Shape of Water''The Shape of Water' de Del Toro demuestra que se puede hacer cine comercial y  ganar premios prestigiosos

Toronto (del 7 al 17 de septiembre) es el más atractivo de todos, con un tono muy cercano al público, pero capaz al mismo tiempo de ser un lugar de encuentro de creadores y productores de todo el mundo, lo que convierten a la ciudad canadiense en la capital mundial del sector durante su celebración.

Allí es donde se muestran las películas que van a ganar los próximos Oscar y llenar las carteleras de las salas del planeta durante los meses siguientes; pero también el lugar donde se cierran los acuerdos que harán posibles las películas para los próximos años.

Por último, el Festival de San Sebastian (del 22 al 30 de septiembre) traerá mucho cine Latinoamericano y español, y pese a los esfuerzos que año tras año realizan sus responsables, continúa teniendo dificultades para competir con la fortaleza de quienes les preceden, y se queda a medio camino de demasiadas partes. En octubre llegarán el siempre simpático, joven y divertido Sitges y Valladolid, con su característica sobriedad.

El cine no ofrece experiencia visual o de relato diferente a la que se puede ver y sentir en el sofá de casa

En el cine faltan espectadores que acudan a las salas, pero los festivales abundan. De lo visto hasta ahora, con estrenos de George Clooney, Aaron Sorkin, Darren Arofnosky, Scott Cooper, Alexander Payne Fernando León de Aranoa, entre otros, cabe sacar ya algunas conclusiones, y no son positivas. Porque sigue habiendo buenas películas, incluso excelentes, con elementos en su producción, en el casting, la dirección o el guion, a los que es difícil ponerles pegas. Trabajos bien hechos, pero en los que falta la magia que antaño ofrecía el cine, esa que consistía en que se trataba de historias que solo se podían contemplar y vivir en las grandes pantallas de las salas.

Porque hoy en día, tras ver con agrado cualquiera de los muchos buenos largometrajes que el cine ofrece, el público descubre que esas mismas historias, igual que los mismos actores, guionistas o productores, están a su alcance en las pantallas de sus televisores; que las mejores películas podrían ser episodios de una excelente serie.

Hace tiempo que el cine no ofrece ninguna experiencia ni visual, ni en cuanto al relato, diferente a las que se pueden ver y sentir sentadel cine no ofrece ninguna experiencia ni visual, ni en cuanto al relato, diferente a las que se pueden ver y sentir sentados en el sofá de casaos en el sofá de casa . Ese es el problema.