Arte y sentimientos

La muerte os sentará bien

La maldita pereza lo paraliza todo. No te deja pensar, no te deja actuar, no te deja hacer cosas que seguramente te irían bien

Laia Artigas, en un fotograma de 'Estiu 1993'.

Laia Artigas, en un fotograma de 'Estiu 1993'. / periodico

IMMA SUST

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Un sentimiento de vacío inunda tu interior dejándolo asquerosamente lleno. Lleno de pena, angustia y llanto. Por lo menos, lo llena de alguna cosa, porque no se puede vivir con tanta tristeza. El vacío es horroroso y muy difícil de llevar. Casi nadie lo ve y solo se percibe en la triste mirada de aquel que sufre por dentro. Hay rostros traidores que se esfuerzan en demostrar al mundo la pena de su interior. No queremos que nadie lo sepa, pero nuestra cara nos traiciona. Las ojeras, la tez pálida y los ojos hinchados de tantos días y noches sin parar de llorar. Igual lo fácil sería cubrir el rostro con maquillaje, pero si algo acompaña casi siempre a la tristeza es la pereza

La maldita pereza lo paraliza todo. No te deja pensar, no te deja actuar, no te deja hacer cosas que seguramente te sentarían bien. O eso es lo que dicen siempre los otros. Aquellos que no están tristes. Frases absurdas que todavía inundan más al ser que está triste. «Ya pasará. Salir te animará .Ordena la casa y te sentirás mejor.¡No te deprimas!  ¡No te angusties! No vale la pena».

¿Estarán de acuerdo conmigo que esto es lo peor que le podemos decir a alguien que está triste? ¿Es evidente que si uno pudiera no tener esta pena en su interior, no la tendría no? ¿O es que somos gilipollas y nos encanta estar deprimidos?

Un peaje obligado

Luego está la tristeza obligada.  La que te acompaña casi siempre, a menos que seas un psicópata sin sentimientos, cuando un ser querido muere y te deja para siempre. Nadie está preparado para esto. Y esa enorme pena es un peaje que hay que pasar sí o sí, aunque sea completamente inútil, porque el muerto jamás volverá. 

Si queréis llevaros mejor con la muerte, el arte os puede ayudar. Os recomiendo la película 'Estiu 1993', ópera prima de Carla Simón. Y si queréis teatro, podéis ir a La Villarroel de Barcelona a disfrutar de 'La calavera de Conmemara', de Martin McDonagh. Allí  sentiréis a la muerte como un personaje más. Escandalosa, cruel y tétrica. Pero servida con mucho humor negro. No se la pierdan. La muerte os sentará bien.