Abrazo de oso

Podemos y 'comuns' andan haciendo equilibrios sobre el tablero catalán. El recuerdo de la tormenta perfecta que dejó temblando al PSC (y al PSOE) es recurrente. En sus filas están viviendo la eclosión (cuando no explosión) de voces divergentes. Poco tiene que ver la posición de Dante Fachin con la de Coscubiela. Mientras el veterano sindicalista ha cosechado insultos y desprecios de la bancada independentista, el dirigente de Podem ha sido incorporado con honores al 'star system' del 'procés'. Nada que no ocurriera en el desguace socialista. Nunca los que decidieron cuestionar a su partido tuvieron tanto predicamento como entonces.

Ada Colau dio un triple salto mortal al considerar el referéndum como una movilización y, así, facilitar la participación sin sufrir la erosión de la protesta independentista.

Tratar de superar el temporal asiéndose a todos los cabos es comprensible, pero existe el riesgo de acabar en algún lugar que no es el propio. En las últimas elecciones generales, los 'comuns' crecieron en Catalunya al mismo tiempo que ERC triplicaba sus resultados. Los votantes de izquierda que apoyaban el 'procés' supieron a quién elegir. Es fácil concluir que los 'comuns' se alimentaron del voto joven, de desencantados socialistas y de independentistas que no comulgaban con el cuento 'procesista' y sus sombras. El abrazo de oso protege del vendaval, pero no de la inconsistencia. Que se lo digan a CiU.