OPINIÓN

Nueva etapa en el comercio

Olga Grau

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El sector comercial afronta una nueva etapa tras la desaparición de la Confederación de Comerç de Catalunya (CCC), en el 2016. La que fue la gran patronal catalana del comercio se extinguió tras aflorar un importante agujero financiero generado durante la gestión de Miguel Ángel Fraile. Los comerciantes quedaron huérfanos de representación en un momento especialmente delicado para el sector y con retos muy trascendentes por delante. Por un lado, la recuperación de la actividad tras una década de crisis y de contracción del consumo. Por otro lado, la competencia del comercio electrónico y el reto de asumir la digitalización dentro del propio negocio.

Tras meses de organización, el sector se ha reorganizado para impulsar una nueva iniciativa con la fusión de varias organizaciones de comerciantes ya existentes. De esa fusión ha nacido Retailcat que representa alrededor del 50% del comercio catalán. La patronal no oculta que su vocación es hacer de lobi frente a las administraciones. Son conscientes de que la labor de dar a conocer sus problemáticas se debe hacer frente a la Generalitat, que es quien tiene las competencias regulatorias en Catalunya, pero también con el Ayuntamiento de Barcelona y el resto de consistorios con temas como el top manta, o con la Comisión Europea si se quiere lograr una competencia en igualdad de condiciones con grupos tecnológicos como Amazon.

El sector comercial es muy relevante en términos económicos, pero también lo es desde el punto de vista de vertebración de las ciudades. El centro de la ciudad o de las poblaciones catalanas, pero también los barrios, necesitan un comercio de proximidad ordenado que ofrezca opciones a los consumidores y humanice las calles. La irrupción de la venta on line es una opción cada vez más utilizada y deseada por los consumidores que buscan precio o rapidez en las entregas. Pero los estudios disponibles demuestran que esta fórmula convive perfectamente con el comercio tradicional de proximidad. Además, los comerciantes están apostando por vender a través de internet utilizando incluso los servicios que ofrecen a las pymes las grandes plataformas como Amazon y Alibaba.

El nacimiento de Retailcat es una buena noticia porque demuestra que a pesar de la crisis reputacional que dejó la quiebra de la CCC, el sector cuenta con un gran dinamismo y una fortaleza que le permite mirar adelante. La apertura de mente de los comerciantes que exploran nuevas fórmulas de ventas y se muestran abiertos a flexibilizar temas que antes eran tabú como las rebajas pone de manifiesto que el sector se está adaptando a los nuevos retos de la sociedad. La economía digital obliga a no poner puertas al campo. Por eso es una buena noticia que los primeros que no se las pongan sean los propios comerciantes. Reglas justas y más competencia ayudarán al sector a superar los retos que vienen. Y será mejor si van de la mano.