CAMINO HACIA EL REFERÉNDUM

Motos escacharradas

En estas dos semanas que nos quedan hasta el 1-O, además del tono vehemente, analicemos el contenido de lo que nos ofrecen

Ada Colau y Carles Puigdemont, este sábado, en la concentración en apoyo a los alcaldes investigados por el 1-O.

Ada Colau y Carles Puigdemont, este sábado, en la concentración en apoyo a los alcaldes investigados por el 1-O. / periodico

ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE

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En el sueño estaba frente a un nutrido grupo de mujeres en un aula. Tenía que darles clase, pero ¡qué angustia! La asignatura era Introducción a la Economía, una materia que jamás he estudiado. ¿Cómo saldría del brete?

Mientras ellas iban tomando posiciones en los pupitres, yo improvisaba un plan mental. ¿Les confesaba que no sabía nada? No podía. Según el sueño, era un trabajo que me había costado obtener, mi única posibilidad de empleo. Por fortuna, inesperadamente, algunas ideas se pergeñaban en mi cabeza. Les hablaría de las bases de la economía que, me barruntaba yo, podrían ser cuatro. Algo así como análisis, diagnóstico, prognosis y políticas

El primer paso en todo estudio económico sería la recogida de datos, indicadores, información del pasado y del presente; el segundo exigiría tener los conocimientos para interpretarlos y proporcionar un diagnóstico; el tercero implicaría la capacidad de prognosis, es decir, de adelantar hipótesis de por dónde evolucionaría la situación; y por fin, el cuarto elemento sería la capacidad política de generar y aplicar medidas para corregir.

Empezaba a exponer mis cuatro peregrinas e improvisadas ideas y me daba cuenta de que lo más importante cuando se habla frente al público es expresarse con determinación. Si hubiera empezado titubeando, confesando mis dudas, nada de lo que les decía a continuación hubiera sido creíble. Sin embargo, con mi tono firme y enérgico, les daba la posibilidad de creer en esas ideas destartaladas que les proponía.

Teorías traídas por los pelos

Me desperté. Qué vértigo. El sueño me daba dos lecciones. Por un lado que sabemos más de lo que creemos saber y, si la situación lo exige, podemos pensar por nosotros mismos. Pero por otro, que cualquiera que nos hable con determinación y seguridad puede convencernos, aunque nos esté vendiendo una teoría traída por los pelos que ni él mismo sabe manejar. Eso ocurre a veces en política. En estas dos semanas que nos quedan hasta el 1-O, además del tono vehemente, analicemos el contenido, no vayan a estar vendiéndonos una moto escacharrada.