Opinión | Un derecho básico
CARME BORRELL
La vivienda también afecta a la salud
Las condiciones del habitáculo familiar y el riesgo de perderlo condicionan la calidad de vida

ilustracion de leonard beard / periodico
La vivienda es uno de los factores que están relacionados con la salud de la población y, por tanto, elementos como las condiciones físicas o el acceso a un hogar son importantes en la salud pública. El acceso a una vivienda adecuada se reconoce expresamente a la Declaración Universal de Derechos Humanos, ya que toda persona debe tener derecho a un nivel de vida que garantice salud y bienestar, independientemente de su situación.
La relación entre vivienda y salud se puede explicar a través de diferentes dimensiones: los aspectos económicos y legales, que son de gran importancia y se relacionan con el acceso y la seguridad en la tenencia de la vivienda y, por tanto, con el riesgo de perderla. En segundo lugar, el significado emocional y social que las personas dan a su hogar. Las condiciones físicas de la vivienda y el entorno físico y social del barrio de residencia serían dos aspectos finales también clave. Pero conviene saber que la situación económica del país, las políticas que fomentan el Estado del bienestar, así como el mercado y las políticas de vivienda son condicionantes también de la relación entre la vivienda y la salud.
Hay abundante bibliografía científica que relaciona la inseguridad de vivienda por causas económicas con la salud. El riesgo de perder la casa por causas económicas es un problema en España, sobre todo desde el inicio de la crisis en el 2008, cuando miles de unidades de convivencia tuvieron dificultades para hacer frente al coste de la hipoteca o el alquiler, muchas de ellas hasta el extremo de sufrir un desalojo. Una revisión reciente realizada por nuestro grupo de investigación de la Agència de Salut Pública de Barcelona muestra cómo el hecho de vivir en riesgo de desalojo tiene importantes efectos en la salud mental y física de las personas (en enfermedades crónicas, hipertensión, etcétera). Además, sabemos que las personas sin hogar a menudo presentan problemas de salud mental y física y un mayor consumo de alcohol y otras drogas.
Un refugio protegido del mundo exterior
Respecto al significado emocional del hogar, hay que señalar que un espacio percibido como seguro, íntimo y habitable proporciona grandes beneficios psicosociales. Representa un refugio protegido del mundo exterior, permite el desarrollo de un sentido de la identidad y vínculo y proporciona un espacio para ser uno mismo.
Las condiciones físicas de la vivienda también han sido relacionadas con la salud de las personas. Por ejemplo, la calidad del aire interior, las temperaturas extremas (frío o calor) y el polvo se vinculan con enfermedades respiratorias; el ruido exterior –que puede estar relacionado con la salud mental–, o los factores que influyen en las lesiones domésticas. De todos modos, las condiciones de la vivienda varían de forma importante por territorios, ya que en núcleos o barrios marginales de algunos países a menudo no hay unos elementos mínimos de habitabilidad y acceso a agua potable o servicios. Se ha visto cómo algunos indicadores de salud son más deficientes en estos barrios: aumentan la mortalidad infantil, las enfermedades infecciosas y las enfermedades transmitidas por insectos u otros animales, pero también son destacables las lesiones por accidente y por violencia, sin olvidar que en estos barrios se genera peor salud mental y aumentan las enfermedades respiratorias.
Un espacio percibido como seguro y habitable proporciona grandes beneficios psicosociales
Las condiciones físicas y sociales del barrio son importantes condicionantes de la salud. Así, los barrios que tienen una adecuada planificación urbanística, con espacios verdes donde se puede caminar y con unos servicios públicos adecuados, son más saludables. También muestran mejores indicadores de salud los barrios donde se fomentan la interacción y las redes de cooperación entre las personas. Actualmente son factores de mayor calidad de vida la proximidad a zonas verdes o espacios abiertos respecto al domicilio, el acceso a servicios públicos, así como las facilidades y la seguridad para el desplazamiento a pie o si hay necesidades especiales de movilidad.
Finalmente, cabe mencionar que la vivienda tiene el potencial de reducir o aumentar las desigualdades en salud (diferencias de salud entre las personas que pertenecen a diferentes clases sociales), pero a menudo son las personas más desfavorecidas socioeconómicamente las que sufren más problemas relacionados con la vivienda y con la salud. Tanto las políticas de Estado de bienestar como las políticas de vivienda pueden ayudar a revertir esta situación mejorando aspectos como la seguridad de la tenencia de la vivienda y la promoción de viviendas más asequibles y con condiciones físicas que las hagan más habitables.
- Un juzgado concede una incapacidad para trabajar a una mujer de 80 años con enfermedad renal crónica
- Profunda alarma': La Comisión Europea indigna a eurodiputados y sociedad civil con una desregulación digital para satisfacer a los gigantes de la inteligencia artificial
- Michael Saylor (MicroStrategy): 'El próximo mercado de billones de dólares será el del crédito digital basado en Bitcoin
- Unos 55.000 hogares de L'Hospitalet de Llobregat empezarán a pagar el Tributo Metropolitano en 2026
- Javier Solís, experto inmobiliario: 'Si has vendido tu casa en 350.000 euros y has tenido una ganancia en la venta, te puede tocar pagar 55.000 euros en impuestos
- María Cristina Clemente Buendía, notaria, sobre la nueva deducción del IRPF por compra de vivienda: 'Buen rapapolvo a Hacienda
- Más de 9.000 trabajadores del Sabadell acuden a la fiesta del banco para celebrar el fracaso de la OPA del BBVA
- España es una de las economías de la UE que más crece pero sus salarios lo hacen por debajo de la media