ELECCIÓN DE LA NUEVA SEDE

La EMA, un salto cuántico hacia el futuro

Si la Agencia Europea de Medicamentos viene a Barcelona, el bienestar de próximas generaciones de europeos estará en buenas manos

ilu-ema-cuantico-alta-30-08-2017 FRANCINA CORTES

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JORDI RAMENTOL

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Uno de los factores más importantes en el próximo traslado de la Agencia Europa de Medicamentos (EMA) es, sin duda, que, por un lado, el cambio de ubicación de Londres a otra ciudad no implique pérdida de talento y, por otra parte, que no interfiera, retrase o altere ni los procesos que están en marcha ni los futuros. La seguridad y la salud de los ciudadanos europeos están en juego.

Si estos parámetros terminan siendo los más relevantes para la elección de la nueva sede de la EMA, Barcelona emerge, con todo el respeto para las demás candidatas, como la ciudad perfecta, la que mejor puede garantizar un cambio de ubicación de forma eficaz y sin traumas. Barcelona está ciertamente preparada para recibir a la EMA, y la garantía de no interrumpir sus trabajos no es la única ventaja que ofrece la candidatura española. Barcelona quiere la EMA. Y este deseo ha quedado patente, no sólo por los esfuerzos de coordinación del Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento, y el unánime apoyo de la sociedad civil barcelonesa y de entidades y organizaciones de todo el Estado.

Centro de investigación de referencia global

Hace 25 años Barcelona estuvo a punto de albergar la EMA, pero Londres fue la ciudad elegida. Durante estas dos décadas, Barcelona ha demostrado que aquella aspiración no era superficial, sino que formaba parte del proyecto de su comunidad científica, biomédica, universitaria y farmacéutica para convertirse en un centro de investigación de referencia global. Ajenos a lo que depararía el futuro y a los efectos del 'brexit', Barcelona trabajó para mejorar sus infraestructuras, atrajo talento internacional y consiguió, a base de ilusión y trabajo bien hecho, su objetivo. 

El mapa científico de Barcelona hoy por hoy es muy atractivo. Contamos con 31 centros de investigación biomédica, de ciencias de la salud y sanidad animal y con 230 laboratorios que representan más del 50% de la industria farmacéutica y veterinaria española. Nuestra producción farmacéutica y veterinaria representa el 3,5% de la producción europea del sector (comparable con Dinamarca o Suecia), y el sector farmacéutico catalán es el quinto más productivo de la UE-15.

Además, España es el segundo país europeo en número de ensayos clínicos realizados, con un crecimiento del 30% entre 2005 y 2016, y es líder mundial en ensayos de medicamentos de terapias avanzadas. Más del 40% del gasto en investigación biomédica en España se lleva a cabo en colaboración con el sector sanitario público. El Hospital de Vall d’Hebron, conjuntamente con el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, es líder mundial en ensayos de oncología médica. Aquí estudian 190.000 universitarios de los que 32.000 lo hacen en programas de máster o doctorado. Esta es la única ciudad con dos de las ocho mejores escuelas de negocios del mundo, ESADE e IESE.

Barcelona se ha convertido en un centro de investigación de referencia global y está muy bien preparada para recibir a la EMA

Pero Barcelona también necesita la EMA. Si el traslado se hace efectivo y nuestra ciudad es la elegida, con a Agencia de Medicamentos conseguiríamos un gran impacto sobre el conjunto de la industria; se crearía el efecto tractor que se traduciría en la instalación de compañías de distintos tamaños, e innumerables 'spin-offs' y 'start-ups'; crecerían nuevos centros de innovación e investigación; se atraería al mejor talento del mundo y a muchas empresas de servicios del ámbito de la salud; obtendríamos mayores ingresos para ensayos clínicos... 

La EMA tiene un presupuesto anual de cerca de 400 millones de euros, dispone de 900 empleados, de los cuales más de 130 son españoles, y, desde su fundación, ha venido teniendo una muy especial vinculación con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Con la presencia de la EMA, se crearían, debido a su influencia, entre 4.000 y 5.000 puestos de trabajo adicionales de alto nivel, y todo ello sin contar con ventajas económicas como, por ejemplo, las más de 40.000 pernoctaciones anuales de los asistentes a reuniones de todo tipo.  

Un tren único de alta velocidad

Es necesario que, con el traslado de la EMA, se evite la fuga de personas con talento como consecuencia de una localización en alguna ciudad inadecuada, bien porque no sea del agrado de los empleados o no disponga de un entorno atractivo desde el punto de vista científico, social o personal.

Barcelona, Catalunya y el conjunto de España quieren recibir la agencia para garantizar el bienestar de las futuras generaciones de europeos. Este es un tren único de alta velocidad que no podemos dejar escapar. Un salto cuántico hacia el futuro en lo que se refiere a investigación e innovación. Barcelona está preparada para luchar por ello y alcanzar este objetivo. Todos tenemos que involucrarnos.