CUENTA ATRÁS PARA EL 1-0

La nube del referéndum

Todo está a punto para el combate cuerpo a cuerpo que es, en definitiva, lo que se quiere y se busca desde el resultado de las elecciones del 2015

El 'president', Carles Puigdemont, y el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras.

El 'president', Carles Puigdemont, y el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras. / periodico

JOSEP MARTÍ BLANCH

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¿Han jugado alguna vez a mirar las nubes en grupo para encontrar en ellas semejanzas con objetos o seres de nuestro entorno? Casi todo el mundo lo ha hecho alguna vez con idéntico resultado. La nube es una, pero acaban saliendo tantas semejanzas como pares de ojos la radiografían. Así, donde un ve un caballo, otro ve un trasatlántico, un tercero la iglesia de su barrio y el cuarto, a Neymar con cortes de manga desde arriba de la torre Eiffel. 

A un mes y medio para la fecha fijada por Carles Puigdemont Carles Puigdemont pasa algo parecido con el referéndum. Mientras unos tienen claro que se votará "como siempre", otros aseguran que no habrá urnas de ninguna manera y que, además, el primero de octubre será el día en que el soberanismo quedará definitivamente cautivo y desarmado. Añadamos a los que por más que miren no ven nada de nada y a los de la autodenominada nueva política, que cada vez que levantan la cabeza es para observar estrellas porque las nubes les aburren. 

Las instituciones catalanas están a un paso de la rebeldía y el Gobierno dice tener todo listo para sofocarla en cuanto se produzca

Solo una certeza

Solo hay una certeza: la nube está sobre nuestras cabezas y a punto de descargar. Instaurada por el Estado de manera informal la ley marcial que lleva a declarar ante la Guardia Civil a funcionarios y a personal eventual cuando todavía no han hecho nada, y apuntalado el secretismo informativo y un cierto desprecio por la oposición en el Parlament de Catalunya, todo está a punto para el combate cuerpo a cuerpo que es, en definitiva, lo que se quiere y se busca desde el resultado de las elecciones del 2015.

Se acaba el verano político más corto de la historia después de quince días distraídos con la turismofobia y contando ahogados en las playas. Todas las partes están movilizadas y preparadas para el gran envite, tan inevitable como inaplazable. Las instituciones catalanas están a un paso de la rebeldía instituciones catalanas y el Gobierno del Estado dice tener todo listo para sofocarlaGobierno del Estado  en cuanto se produzca.

La expresión de un deseo

Sobre cómo irán las cosas finalmente ni los propios protagonistas tienen ninguna idea en estos momentos. Ni en Catalunya ni en la capital de España nadie está en condiciones de predecir absolutamente nada, y por eso ya hace muchos meses que todo lo que leemos y escuchamos solo puede ser interpretado como la expresión de un deseo más que la descripción de una realidad.

Escribía Gilbert K. Chesterton, el conservador inglés con más sentido del humor de la historia, que "no hay reglas de arquitectura para un castillo en las nubes". Pero el tiempo de mirar hacia arriba ya se ha agotado y ahora tocará probar cuál de todas las construcciones imaginadas en el cielo es capaz de mantenerse en pie clavada en el suelo. A punto de desvanecerse las nubes, está por comenzar la realidad.