Procesos independentistas en Europa

La Pequeña Rusia

Conseguir una gran victoria en un referéndum unilateral no equivale a obtener la independencia

Celebraciones por la proclamación de la independencia en Donetsk, el lunes.

Celebraciones por la proclamación de la independencia en Donetsk, el lunes. / ALEXANDER ZEMLIANICHENKO

ALBERT BRANCHADELL

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El 18 de julio el jefe de la República Popular de Donetsk, Aleksandr Zakharchenko, anunció la creación de un nuevo estado llamado Malorossiya (Pequeña Rusia), sucesor de la actual Ucrania y con la capital en Donetsk. Según la declaración que leyó  Zakharchenko, la Pequeña Rusia es «un Estado independiente y soberano, con un nuevo nombre, una nueva bandera, una nueva Constitución, una nueva estructura estatal, unos nuevos principios de desarrollo social y económico, unas nuevas perspectivas históricas». Unas semanas después, el balance es obvio: nadie ha reconocido ese nuevo estado. La República de Donetsk sigue siendo lo que era: un territorio que la comunidad internacional sigue considerando parte de Ucrania y cuya viabilidad depende exclusivamente del apoyo que les presta la Rusia de Putin.

El caso de Malorossiya ilustra un principio elemental: no basta con proclamar un estado –o anunciar que se proclamará– para que ese estado exista realmente y sea reconocido por los demás. Zakharchenko dijo que Ucrania es un Estado «fallido», pero lo mismo podría decirse de la república que él lidera.

La República Popular de Donetsk se fraguó después de la revolución nacionalista que destronó a Víktor Yanukóvich en febrero del 2014. El 7 de abril los separatistas de la región respondieron proclamando la República Popular de Donetsk y anunciando la celebración de un referéndum. A pesar de la contundente oposición de la comunidad internacional (el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos proclamó que ninguna nación civilizada reconocería los resultados), el referéndum se saldó con un resultado abrumador: con la participación del 75% del censo, el 89% de los votantes dio su apoyo a la nueva república. He aquí otra lección del este de Ucrania: lograr una gran victoria en un referéndum unilateral no equivale a obtener la independencia

Doble fracaso

Si Ucrania fracasó porque no supo retener a los separatistas de Donetsk, los separatistas de Donetsk también han fracasado porque no han logrado convertir el territorio que controlan en un estado con todas las de la ley. He aquí un punto muerto para el que no se vislumbra solución mientras en Donetsk y en Kiev sigan mandando las mismas fuerzas que han llevado a Ucrania a esta triste situación.