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Tortosa, vindícate
La ciudad reivindica y exhibe su antiguo esplendor con una fiesta que evoca el Renacimiento

Imagen de Tortosa. /
Tortosa es la única ciudad catalana condenada a navegar a contra corriente. Pierre Vilar repetía que la geografía propone y el hombre dispone, de manera que si la geografía no lo facilita no hay nada que hacer. La Tortosa de hoy es víctima de un cambio de propuesta geográfica: de inexpugnable a poco accesible; de señora del estratégico Ebro a encajonada por unas aguas residuales, cerradas por los embalses y que dejaron de tener salida navegable al mar. La geografía, que tanto favoreció Tortosa a lo largo de los siglos, se le ha vuelto en contra. No se pasa por Tortosa como por las demás capitales. A Tortosa hay que ir.
La ciudad reivindica y exhibe su antiguo esplendor con una fiesta que evoca el Renacimiento
Por eso reivindica y exhibe su antiguo esplendor con una fiesta que evoca el Renacimiento. La ciudad se engalana de época y mucha gente también. Abanderados propios y ajenos, combates con armadura, halcones, cañones, mucha música y espectáculos de varios países. Mil paraditas de casi todo. Mucha oferta gastronómica, de ecos renacentistas en los restaurantes y sobre todo galaica en las plazas. Caballitos infantiles de tracción humana, compañías de soldados, un rebaño de ocas militarizadas que desfilan por las calles en estricta y muy seria formación, además de otros y variados entretenimientos, de calle o a puerta cerrada.
Te puede interesarA pesar de contar con más de veinte ediciones, el festival es aún poco conocido. Tiene mucho recorrido posible hasta convertirse en referente de excelencia. Más que en Siena y Arezzo, a inabarcables años luz por tradición y esplendor, convendría pensar en el modelo Tarraco viva: nombrar un director que trabaje todo el año, implicar más a la ciudadanía y las asociaciones, afinar el relato y diversificar la oferta.
Con fiesta o sin fiesta, Tortosa es una joya única de Catalunya y de Europa, de modo que el lector que no vaya a menudo se debería avergonzar. Tanto como los tortosinos por no haber desmontado el monumento franquista monumento franquistaque los preside.