10ª JORNADA DE PAROS EN EL METRO

La huelga de todos

La del metro es una reivindicación que deberíamos defender con uñas y dientes, porque si los trabajadores tienen éxito, ganamos todos

Aglomeraciones en los andenes de la estación de la Sagrera en la línea 5 del metro, este lunes 26 de junio.

Aglomeraciones en los andenes de la estación de la Sagrera en la línea 5 del metro, este lunes 26 de junio. / periodico

IOLANDA FRESNILLO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un nuevo lunes de huelga en el metro. Y ya van diez. Diez días de colas, aglomeraciones, nervios para llegar tarde al trabajo, a una cita con el médico o a un examen. Muchas tenemos una razón para enfadarnos ante las consecuencias que, durante nueve días, ha tenido la huelga del metro en nuestras vidas. Y nos enfadamos con los trabajadores y trabajadorastrabajadores  porque nos enteramos por los medios que han rechazado la mediación que ha propuesto el Ayuntamiento. mediaciónAyuntamiento. ¡¿Qué se habrán pensado?! ¡Actuando como si sus acciones no tuvieran impactos de lo más molestos para miles de currelas cada lunes!     

Pero más allá del cabreo, quizá podemos preguntarnos los porqués de la huelga. ¿Qué deben estar pidiendo que sea tan importante? ¿Buscan privilegios a costa de nuestro malestar? O estarán defendiendo los derechos de todos y todas? 

PRECARIZACIÓN Y PRIVATIZACIÓN

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Estar\u00eda bien una\u00a0","text":"auditor\u00eda ciudadana\u00a0de la gesti\u00f3n y la deuda de TMB para aclarar c\u00f3mo ha sido la gesti\u00f3n y c\u00f3mo es la situaci\u00f3n financiera de la empresa de transportes p\u00fablicos"}}

Dos cuestiones encabezan la lista de reivindicaciones de las trabajadoras del metro: bastante precarización y bastante privatización. En el ámbito de la precarización, más allá de los acuerdos a los que parece que ya ha llegado de actualización de salarios (se ha cerrado una cláusula para que haya aumentos lineales a partir de 2017 en torno al 1% en paralelo al aumento del IPC), se reclama que no se precaricen los turnos, que se ponga en el centro una política de conciliación. Una reivindicación que, a medida que se vaya avanzando en el ámbito público, más podremos avanzar también en el ámbito privado. Una mejora en políticas de conciliación y de lucha contra la precariedad de las trabajadoras del metro, es una mejora para todas las trabajadoras.

En cuanto a la privatización, las alarmas saltan a partir de procesos de externalización de servicios, entre los que destaca el contrato con La Caixa alrededor de la T-Movilidad (la nueva tarjeta de transportes metropolitanos). Un contrato que, junto con la situación de endeudamiento de TMB, deja la definición de la política de movilidad en el área metropolitana en manos de la banca. 

FALTA TRANSPARENCIA

Diría que no es demasiado conocido, pero el contrato de refinanciación de la deuda de TMB parece que apunta a la obligación de revisión de tarifas para poder hacer frente al pago de esta deuda a partir del año próximo. Una sospecha que no se ha podido comprobar por la opacidad de la empresa. Una opacidad con la que también chocan las demandas de transparencia en relación a los sueldos de los directivos de la empresa pública. Estaría bien una auditoría ciudadana de la gestión y la deuda de TMB para aclarar cómo ha sido la gestión y cómo es la situación financiera de la empresa de transportes públicos del área metropolitana.

Y aquí llegamos al porqué pienso que la huelga de las trabajadoras y trabajadores del metro es la huelga todas. Y es que defender la integridad como servicio público de los transportes metropolitanos es fundamental. Para que la ciudad ha de proveer transporte público de calidad y asequible; porque apostar por el transporte público es apostar por la movilidad sostenible, por la reducción de la contaminación, por la mejora de la salud de todas.

DERECHO FUNDAMENTAL

Más allá de que el derecho a huelga es un derecho fundamental de todos y todas y que no puede ser cuestionado (más en este caso en el que se cumplen servicios mínimos y, por tanto, no se deja de proveer el servicio público), la huelga del metro es una reivindicación que deberíamos defender con uñas y dientes, porque si las trabajadoras y los trabajadores tienen éxito en sus reivindicaciones, en realidad ganamos todas.