Editorial

El complejo del Tarragonès, más cerca

Hard Rock materializará el proyecto de Vilaseca y Salou, mucho más razonable que el frustrado plan de Eurovegas

Terrenos donde se construirá Barcelona World vistos desde Port Aventura.

Terrenos donde se construirá Barcelona World vistos desde Port Aventura. / periodico

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Será Hard Rock. La popular y poderosa red mundial de hoteles,  cafeterías y casinos, propiedad de los indios semínolas de Estados Unidos, será la que construirá el complejo recreativo y turístico (conocido de momento por las siglas CRT) de Vilaseca y Salou, en el Tarragonès. Ha sido finalmente la única firma que se ha presentado al concurso pilotado por la Generalitat, y por tanto no habrá sorpresas en el momento de la adjudicación formal de un proyecto que ha transitado por muchas vicisitudes pero que debe significar un punto de inflexión para la economía de las comarcas del sur de Catalunya.

Los antecedentes remotos del CRT hay que buscarlos en Eurovegas, el macroproyecto de casinos y hoteles que el multimillonario estadounidense Sheldon Adelson quiso alzar en el Baix Llobregat hace más de un lustro. La gran crudeza de la crisis en esa época activó el posibilismo de los poderes públicos, inclinados a autorizar una obra que hubiera creado puestos de trabajo pero al precio de graves costes ambientales y sociales. Finalmente, Adelson desistió e intentó llevar su proyecto a Madrid, donde tampoco cuajó. La perspectiva confirma que es lo mejor que podía pasar. Ese frustrado plan faraónico dio paso aquí a otro de menor volumen, BCN World, ya en la Costa Daurada, que tampocó se concretó pero que fue el embrión del actual CRT, de dimensiones y filosofía mucho más razonables.

La característica principal del proyecto es que está pensado para un público familiar y que el epicentro del negocio no será el juego (solo habrá un casino). Este perfil más amable explica también la participación en el plan del parque Port Aventura, ubicado en la zona contigua y que gestionará los hoteles del CRT. Completa el proyecto otra empresa con amplia experiencia en Catalunya, Value Retail, artífice del exitoso La Roca Village. En suma, el complejo presenta ahora muchas más luces que sombras, y los detalles que sus promotores irán desvelando en las próximas semanas deberán confirmar que las expectativas superan con creces los recelos que aún pudieran existir. Sin embargo, este deseable final feliz no debe hacer olvidar que, por muy bienvenidos que sean los empleos y la riqueza que generará el CRT, la economía y la sociedad catalanas precisan puestos de trabajo de más valor añadido, única garantía de un futuro mejor.