EL TABLERO POLÍTICO CATALÁN

PDECat: ¿oposición o prisión?

No debe extrañar que se planteen alternativas si seguir con la consulta puede tener altísimos costes, tanto a título individual como colectivo

Homs, Mas, Rigau y Ortega, en Madrid el pasado febrero, cuando el 'expresident' testificó en el juicio del primero.

Homs, Mas, Rigau y Ortega, en Madrid el pasado febrero, cuando el 'expresident' testificó en el juicio del primero.

ASTRID BARRIO

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El hecho de que la Generalitat haya declarado desierto el concurso para la compra de las urnas que, previsiblemente, han de ser usadas en el referéndum del 1 de octubre, y particularmente las muy poco convincentes explicaciones de las 'conselleres' Munté y Borràs, quienes fundamentalmente han alegado defectos de forma, han generado cierto malestar entre algunos sectores del independentismo. Estos sectores,  que tienden a olvidar con facilidad el hecho de que, de momento, el PDECat es el único partido que tiene a dirigentes inhabilitados por el 'procés', dudan acerca de si esos defectos de forma han sido fortuitos o si bien han sido provocados y por tanto responden a una acción deliberada por parte de ese partido para no celebrar la consulta.

El solo hecho de dudar ya muestra la gran desconfianza de ERC y CUP respecto de la disposición del PDECAt para llegar hasta el final, habida cuenta de que para celebrar un referéndum unilateral es necesario tomar decisiones al margen de la legalidad. Esta circunstancia hace que la celebración de un referéndum, con todas las garantías de acuerdo con el compromiso asumido, sea poco viable. Cualquier paso que se dé para hacer efectiva su celebración, desde la compra de urnas pasando por la elaboración del censo hasta la creación una administración electoral, es susceptible de ser constitutivo de delito, que en algunos casos, además de inhabilitación, también podría comportar penas de prisión si se demostrase que ha habido malversación de caudales públicos. 

UN DILEMA FENOMENAL

Llegados a este punto en el que parece bastante claro que el referéndum con garantías difícilmente se va a poder realizar porque es ilegal y que cualquier actuación para conseguir ese objetivo imposible puede tener unos costes altísimos tanto a título individual como colectivo,  ya que puede comportar la liquidación de una generación de dirigentes, no debe extrañar que los distintos partidos se planteen alternativas. Y es aquí donde la antigua CDC se enfrenta a un dilema fenomenal. Si sigue adelante con el referéndum quizá gane credibilidad a ojos de unos cuantos, pero lo hará a cambio de dilapidar a un buen número de dirigentes y de cuadros de la administración, algunos de los cuales pueden incluso acabar en la cárcel. Y si oficial u oficiosamente asume que seguir adelante puede ser un suicidio colectivo, puede acabar convirtiéndose en el tonto útil a quien echar las culpas y gracias al cual salvarse mientras que ERC y CUP permanecen blancos e inmaculados, sin necesidad de haber tenido que arriesgar.

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Esta última situación traería unas elecciones tras las cuales, lo más probable según las encuestas y dada la inviabilidad para reeditar la lista única, es que el PDECat acabase en la oposición. A primera vista no parece el mejor de los escenarios posibles pero si el principal objetivo de un partido, como muy bien explicó el politólogo italiano Angelo Panebianco es sobrevivir, quizá lo que más le convenga al PDECat sea irse a la oposición.