CAMBIOS EN EL PARTIDO SOCIALISTA

El metabolismo económico del PSOE

Los economistas de Pedro Sánchez vigilan más la economía global y el rechazo del CETA es el primer aviso

Pedro Sánchez y el también socialista Pierre Moscovici, eurocomisario de Asuntos Económicos, ayer, en la sede de la UE en Madrid.

Pedro Sánchez y el también socialista Pierre Moscovici, eurocomisario de Asuntos Económicos, ayer, en la sede de la UE en Madrid.

JOSEP-MARIA URETA

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La nueva ejecutiva del PSOE surgida tras el reciente 39 Congreso del partido no es solo la confirmación del triunfo de Pedro Sánchez frente a Susana Díaz (y un poco menos frente a Patxi López). Además de militantes socialistas, en economía también competían estrategias distintas.

En enero la gestora del PSOE encargó la ponencia económica a un equipo encabezado por el profesor José Carlos Díez (Universidad de Alcalá). Por el bando de Sánchez, el equipo redactor lo encabezó Manuel Escudero, un militante histórico socialista reclutado por Cristina Narbona y Josep Borrell. Tras el triunfo de Sánchez en las primarias, el 29 de mayo el mismo Díez anunció que abandonaba la redacción de la ponencia, lo que en la práctica dejaba el paso expedito para las tesis preparadas por Escudero. Es interesante buscar los matices diferenciadores.

PERFILES DIFERENCIADOS

Las trayectorias profesionales de los dos ponentes es indiciaria. Díez, madrileño, ha centrado su carrera en España, compaginando la docencia con el asesoramiento a la gestora de inversión Intermoney.  Escudero redactó en el 2000, a la sombra de Alfonso Guerra, el programa que debía ser de Zapatero, pero ganó Aznar. Escudero, vasco, trabajó en la sede de la ONU en Nueva York hasta el 2010  y a su regreso se incorporó a la Universidad de Deusto y la consultora Nearco, dedicada a estrategia corporativa. La primera pista de discrepancia de modelos la hemos tenido ya esta semana ante el cambio de posición del PSOE sobre el acuerdo comercial de la UE con Canadá, conocido como CETA (traducido del inglés, Acuerdo Integral Económico Comercial).

Veamos, simplificadas, las dos tendencias en materia económica. La 'ponencia Díez' (www.jcdiez.com/2017/02/26/documento-ponencia-econ0mica-psoe) tiene 10 páginas y aspiraba a recuperar las políticas clásicas del PSOE, "desde la izquierda y mirando al centro". La 'ponencia Escudero', según la página oficial del PSOE tras el congreso (http://www.psoe.es/programa-electoral/economia-2/) es más analítica de la economía global, pese a que el coordinador del texto advirtió previamente: "Somos reformistas, no radicales". Escudero pertenece al foro académico Iniciativa para el cambio del que también forman parte economistas afines a Podemos.

A los socialistas, sin matices, les preocupa principalmente el empleo. Para Díez, no hay que seguir compitiendo por precios baratos, y frente a la robotización, recolocación. Para Escudero hay que cambiar el modelo productivo sobre la base del valor y talento. Los primeros quieren que el ICO financie mejor el I+D+i de las pymes; los segundos, un Sistema Nacional de Investigación. Unos proponían recuperar los salarios de antes de Rajoy (2011) y revisión a fondo de la reforma laboral del PP, los sanchistas quieren un nuevo Estatuto de Trabajador adaptado al siglo XXI.

Sin desmerecer a unos y otros, comparando tesis por tesis, puede decirse que si los del centro-izquierda proponen una dieta económica sana y equilibrada basada en una exitosa capacidad de gobierno pasada, los de la izquierda renovadora se apuntan a lo que en los años 80 se llamó metabolismo económico. Se trata de trasladar conceptos propios de la fisiología, y analizar la capacidad de cambio del cuerpo de los seres vivos (metabole, cambio; -ismo, capacidad). El valor de cada aportación material y la necesidad energética sirven tanto para hablar de salud como de economía.  

CAMBIO DE METABOLISMO

Díez, sin militancia hasta entonces, se hizo del PSOE el 29 de mayo. Sus propuestas de pago electrónico para mejorar la fiscalidad, de un nuevo pilar del Estado del bienestar contra la exclusión o la vivienda de alquiler, entre otras, no merecen marginarse.

Por ser la que marcará tendencia, del texto que ha promovido Manuel Escudero llama la atención que ya desde el inicio advierte de que "hoy casi el 60% del comercio mundial está integrado en cadenas de valor global (CVG) controladas generalmente por una multinacional". Así se fija el terreno de debate mundial que afecta a nuestra sociedad. Los países consolidados y emergentes cada vez tienen se diferencia menos en su capacidad de producir para exportar. Vayamos aprendiendo las siglas CVG, porque es donde se libra la nueva batalla: caídos los precios de la energía y del transporte, las multinacionales globales deciden, dónde fabrican y donde ensamblan el producto final. Y ahí los salarios son determinantes.

Lo ha avisado el Nobel Paul Krugman en el New York Times hace unos días (http://krugman.blogs.nytimes.com/hyperglobalization) y el nuevo PSOE se ha estrenado con el rechazo del CETA, que va precisamente de esto: empleo, competitividad, fiscalidad y salarios.

El cambio del metabolismo es la economía mundial.