Cuatro cartas a Raimon

Estimado amigo 'Raymond': no sabe cómo no haber podido me duele asistir a sus conciertos, ya que siempre un rojillo es buena noticia que se jubile (ji, ji). También tenía gran interés en por dentro conocer el Palacio de la Música de Gaudí y Millet, ya que los cientos por tres allá satisfechos nos han permitido no estar solos nosotros en el arte de la mangancia. Le aseguro que de sabido haber que usted flojo de público iba y de ayudar con tal a la heroica cultura valenciana en el exilio, le mandado hubiera un sobre sorpresa. El vent es el vent es el vent. Un abrazo. Mariano.

Estimado señor 'Pellejero': agradezco su consideración hacia mi personita lamentando públicamente mi ausencia en sus conciertos en la Ciudad Condal. Pedí consejo al buen amigo Junqueras, quien me advirtió que de algunos poemas que usted canta de un tal 'Auziäss Mark' no se entiende ni jota. Y me dije: «¿Para qué voy a ir, pues, si ese canoso gritón presume de no ser d'eixe món, el nuestro, vaya?». Aunque el motivo fundamental de mi ausencia fue, lo admito, que siempre que me llevan al teatro, me sientan a un par de tíos muy altos delante, y ya estoy hartita de contemplar cogotes. Total, que para no ver ni entender nada y encima me silben, me quedo en casa mirándome en la tele. Atentamente, Soraya.

'Apreciat quasi compatriota': deseo no interpretes mi silla vacía en el Palau por tu condición de valenciano. Ir a escucharte podría haber sido entendido por algunos –tu ja m'entens– como un encubierto apoyo a los PPCC, cosa que, ahora, no toca. Bastante tenemos con lo que hay; lo otro, ya irá viniendo. Tampoco pienses que mis novillos obedecen a que, según mis informantes, no hubiera en el Palau gran profusión de estelades ni ¡in-de-in-de- pen-dèn-ci-es! La verdad: yo soy moderno y más de los Beatles, Llach y Sopa de Cabra (los dos últimos, indepes y de Girona). Por cierto, ¿por qué nunca has asistido a ninguno de mis históricos discursos?  El último, el del 'procés' y ETA, fue la hostia. Tal faràs, tal trobaràs… ¡Visca Catalunya! El Puichi.

'Estimat mestre': no puedes imaginarte el trajín que llevo estos días de canícula y sobrepeso con esto del referéndum, y si a esto le añades que vivo fuera de Barcelona y me toca de vez en cuando peregrinar a Madrid, comprenderás que lo único que me apetece al volver a Sant Vicenç es quedarme en calzoncillos, echar una meadita en el jardín, hacerme un pa amb tomàquet con jabalí y meterme en la cama releyendo a Ausiàs March, a ver si consigo entenderle. Reservé una entrada en el Palau, pero cuando mi secretaria me la confirmó, me puse a gritar Diguem no!, palabras que ella interpretó como que no me apetecía ir a verte. Va, hombre, va, discúlpala y mantente fiel al servicio de este pueblo. Oriol