EDITORIAL

Política virtual en el Parlament

El Pacte Nacional pel Referéndum olvida que los catalanes están divididos ante la conveniencia de hacer la consulta si no es acordada

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El componente virtual de la política catalana sigue vivo. La reunión del Pacte Nacional pel Referèndum (PNR), celebrada en el Parlament, terminó sin acuerdo alguno, lo cual no debería sorprender, porque tampoco se pretendía alcanzarlo. Hace una semana, en una reunión más restringida -solo participaron los partidos independentistas- Carles Puigdemont dijo que la fecha y la pregunta del referéndum se conocerían en los próximos días. Es lo mismo que señaló al final de la cumbre del PNR. Ante la inquietud sindical, el 'president' garantizó que la seguridad de los funcionarios será preservada, pero no explicó cómo. Sin fecha, sin preguntas y sin concreciones, la cumbre tan solo sirvió para reiterar un consenso virtual en una cuestión, el referéndum a secas, sin adjetivos, que ya no está encima de la mesa.

La mayoría de las intervenciones -salvo la CUP, que con su coherencia habitual pidió cambiar el nombre al PNR y darlo por terminado para enfilar si ambages la vía unilatera-– se pronunciaron por la continuidad de este organismo transversal, que agrupa a partidos y entidades partidarias de celebrar un referéndum. La pluralidad del PNR se basa en que defiende la idea general del referéndum, ya que como dijo Joan Ignasi Elena, «el referéndum no divide, sino que une, al pueblo catalán». Sin embargo, esta consulta tiene que ser acordada. Como señalan todas las encuestas, las que tanto se citan para defender su celebración, si el referéndum no es acordado con el Gobierno, los catalanes están divididos ante la conveniencia de celebrarlo. Elena afirmó también que el PNR «ni avala ni desautoriza ninguna de las decisiones que tome el Govern». ¿Para qué sirve entonces, aparte de para escenificar un consenso que solo existe en tanto en cuanto no se profundice en las características de la consulta? Es un consenso virtual, ya que ni Catalunya en Comú ni muchas de las entidades que forman el PNR están de acuerdo con la vía unilateral.

La realidad va por otro lado. El Govern está decidido a emprender la vía unilateral y a convocar el referéndum sin acuerdo con el Gobierno de Rajoy, que se niega, por otra parte, a cualquier negociación. El presidente sigue invitando a Puigdemont a que presente su proyecto en el Congreso de los Diputados, pero el 'president' solo aceptaría acudir con un acuerdo previo. El callejón sigue sin tener salida.