EDITORIAL

Lo peor de lo peor llega a juicio

Entra en los tribunales lo que el exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez calificó como «lo peor de lo peor», la estafa de la Caja de Ahorros del Mediterráneo

Modesto Crespo.

Modesto Crespo. / periodico

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Lo primero en llegar a juicio de la gran estafa de la mayoría de cajas españolas fue la quiebra de la Caja de Ahorros de Castilla la Mancha (CACM). Ahora llega a los tribunales lo que el exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez calificó como «lo peor de lo peor», la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Y aún falta lo más grande, Bankia, la antigua Caja Madrid que incluye también el Banco de Valencia. Los delitos que se juzgan son casi siempre los mismos aunque en cuantías diferentes: administración temeraria –especialmente en el cálculo del riesgo en los préstamos inmobiliarios–, falsedad en las cuentas en los primeros momentos de la crisis, estafa en la emisión de participaciones preferentes vendidas a clientes vulnerables y cobro de retribuciones excesivas tanto en concepto de salarios como de bonos contra pérdidas y de planes de pensiones a pesar de la quiebra.

Una mezcla explosiva de los defectos del sistema de gobierno de unas cajas que crecieron desordenadamente comprando dinero barato en el mercado financiero único de la UE con el estallido de una burbuja de crédito inmobiliario general en todo el planeta.  La justicia española siempre llega al fondo de los asuntos aunque sea tarde y sin el impulso del poder político. Ello deja indefensas a las víctimas de este tipo de estafas institucionalizadas que se acaban pagando con cargo al erario público generando nuevas prácticas que no es descartable que acaben también en los juzgados. De manera que lo peor podría estar por llegar.