El drama de los refugiados

No nos confundamos: el Gobierno español es el responsable

La mayor vergüenza de Europa es la muerte en su territorio de quienes buscan refugio. Un día la historia se fijará en esta tragedia y destrozará a algunos por inhumanos

Manifestacion en Barcelona por los refugiados 'Casa meva, Casa vostra'.

Manifestacion en Barcelona por los refugiados 'Casa meva, Casa vostra'. / periodico

JOSÉ MARÍA VERA

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El Gobierno de España lleva años luciendo orgulloso su política de fronteras, migración y asilo. En realidad, debería avergonzarse por contribuir a una de las mayores tragedias humanas de nuestro tiempo. El Gobierno es el primer y único responsable. No los ayuntamientos o las comunidades autónomas. Ni las ONG, las parroquias, otros partidos políticos o los medios de comunicación.

Vayamos a los mínimos. España se comprometió en el 2015, en el Consejo Europeo, a acoger a 17.337 refugiados en dos años. Una parte, reasentados desde Jordania, Líbano y Turquía; la otra, reubicados desde Grecia e Italia. Faltan 120 días y apenas ha llegado el 7%. Si el Gobierno no es capaz de cumplir con esta cuota mínima, ¿qué podemos esperar en política migratoria y de asilo?

Pues lo mismo que hasta ahora: falta de humanidad, desprecio por la legalidad, miopía política y esperanza vana en que "dejarán de intentarlo". Como si fuera posible quedarse bajo las bombas. Como si el ser humano no llevara toda su historia en movimiento, buscando mejorar sus expectativas vitales.

PAÍS 'ANTIPÁTICO'

La primera excusa que da el Gobierno es que "no quieren venir". Su respuesta resultaría hilarante si no estuviéramos frente a una tragedia humanitaria. Dicho esto, es cierto que los sucesivos gobiernos han hecho todo lo posible para que España sea un país "antipático" hacia los solicitantes de asilo.

Las oficinas para solicitar asilo son pocas y están alejadas de los lugares donde se encuentran los refugiados. El estatuto de refugiado, cuando se concede, llega con un retraso exasperante. Las plazas apenas han crecido en los últimos años, siendo uno de los peor dotados de Europa. El Gobierno no da señal alguna de conceder visados humanitarios o facilitar la reunificación familiar.

La otra excusa es que "no hay suficientes refugiados que cumplan los requisitos". Se refieren, entiendo, a aquellos que están en Grecia e Italia. Porque en Jordania hay casi 700.000 refugiados solo de Siria; en Líbano, 1,1 millones, y en Turquía, más de 2,5 millones. Para Líbano esto es como si España acogiera a 12 millones de refugiados. ¿De verdad que no son capaces de traer a 17.000?

MÁS RECURSOS

¿A qué se debe este desprecio por el sufrimiento humano en un país favorable hacia la acogida de refugiados y con una baja tasa de xenofobia?

No se entiende de otra manera que el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, no haya dado una orden ejecutiva de urgencia para duplicar el personal de las oficinas de asilo y refugio o que no haya abierto la vía para conceder visados humanitarios como ha hecho Italia.

No se entiende de otra manera que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, no haya convocado de urgencia una mesa de trabajo para ampliar la capacidad del sistema de asilo y refugio español. Aportando recursos, que están. Y exigiendo a los que se ha retratado con el "bienvenidos refugiados" que acojan. Le aseguro que encontrará respuesta.

Mientras no veamos pasos, muchos seguiremos presionando para que los únicos que pueden hacer algo, los ministros Zoido y Báñez, lo hagan. No nos confundamos, la responsabilidad hay que exigirla donde está. El resto es sensibilización amable.

La mayor vergüenza de Europa es la muerte en su territorio de quienes buscan refugio. Un día la historia se fijará en esta tragedia y destrozará a algunos por inhumanos. Con razón.