LAS PRIMARIAS SOCIALISTAS

Los retos del nuevo secretario general

Liderazgo, unidad y proyecto son imprescindibles para que el PSOE pueda aspirar a recuperar parte del terreno electoral perdido en los últimos años

Pedro Sánchez vota este domingo en su agrupación del PSOE, en Pozuelo de Alarcón (Madrid).

Pedro Sánchez vota este domingo en su agrupación del PSOE, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). / periodico

ASTRID BARRIO

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En unas disputadísimas primarias y con la participación de más del 80% de la militancia, el PSOE ha elegido a Pedro Sánchez como nuevo secretario general del partido logrando casi el 50% de los votos. Con la reelección de Sánchez culmina el tortuoso camino que se inició en octubre del 2016  tras su renuncia como consecuencia de la negativa del comité federal a su propuesta de celebrar primarias para elegir al líder del partido. Sin embargo, tener un secretario general es una condición necesaria pero no suficiente para que el PSOE empiece a resolver los problemas de fondo que amenazan su viabilidad como partido.

En primer lugar, elsecretario general deberá tratar de forjar la unidad interna de un partido que lleva años dividido y que tras los hechos de octubre y la campaña de las primarias ha quedado hecho añicos. Para ello hará falta generosidad, huir de revanchismos y tejer consensos, de otro modo, si la opinión pública sigue percibiendo división interna el partido será duramente penalizado. El congreso federal que se celebrará a mediados de junio y los congresos provinciales serán oportunidades de oro para comprobar si hay voluntad de cerrar las viejas heridas. Pero la unidad no solo es cuestión de presencia orgánica y en las instituciones, sino también de proyecto político, un proyecto que también deberá ser dilucidado en ese congreso.

MARCAR PERFIL Y PROYECCIÓN

Vinculado a lo anterior, el segundo desafío al que se enfrenta Sánchez es la consolidación del PSOE como principal alternativa al PP y la recuperación de la iniciativa política frente a un Podemos que se ha crecido durante estos meses de 'impasse', como demuestra la oportunista moción de censura que acaba de presentar. El PSOE, desgastado por su abstención en la investidura y pese a la negativa de la gestora a dar apoyo a los presupuestos, ahora ha de marcar perfil y proyectar la existencia de un proyecto político propio capaz de ser mayoritario. El problema es que Sánchez, que renunció a ser diputado, no podrá participar en los debates parlamentarios para hacer oposición a Rajoy y para tratar de neutralizar a Iglesias, a menos que se decida a presentar una moción de censura, circunstancia que le permitiría, ni que fuera circunstancialmente, volver a la tribuna del Congreso y presentar su programa.

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Liderazgo, unidad y proyecto son imprescindibles para que el PSOE pueda aspirar a recuperar parte del terreno electoral  que ha perdido en los últimos años. En menos de dos años, siempre que no haya elecciones anticipadas, se abrirá un nuevo ciclo electoral con las elecciones municipales, autonómicas y europeas de 2019. Esto significa que en breve la maquinaria del partido tendrá que empezar a engrasarse para hacer frente a las nuevas elecciones, las primeras tras la recomposición del sistema de partidos y con las nuevas formaciones presentes en las instituciones.    Estos son los retos a los que se enfrenta un Pedro Sánchez que ha vuelto victorioso y muy reforzado.