Retos de la financiación e inversión en pymes

No hay hoy alternativas substanciales a la financiación bancaria para las pymes, ni estas se presentan como alternativa relevante de inversión para particulares

Talento catalán 8El pasillo del Mobile World Congress donde estaban ubicadas las pymes catalanas.

Talento catalán 8El pasillo del Mobile World Congress donde estaban ubicadas las pymes catalanas.

JOSEP SOLER

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Como dos caras de una misma moneda, no hay hoy alternativas substanciales a la financiación bancaria para las pimes, ni éstas se presentan como alternativa relevante de inversión para particulares, empresas o instituciones.

Y que ambos flujos alternativos (de hecho el mismo pero visto desde ambos lados) sean no escasos, sino raquíticos, no obedece a que no sean profundamente deseables y necesarios para mejorar las posibilidades de expansión económica, de proyección de las grandes generadoras de ocupación en nuestro país y como alternativa al pobre panorama que tiene en estos momentos el maltratado ahorro,  -y en consecuencia inversión-,  de este país.

Tres de las macro tendencias observables en el sector bancario y financiero europea nos enmarcan los retos para transformar y desarrollar la financiación e inversión en pimes. En primer lugar, el sector bancario está rodeado de amenazas (regulatoria, competencia digital, reputacional, caída de márgenes, …) ante las cuales desprenderse de un cierto riesgo en pimes y compartirlo no le vendría nada mal. En segundo lugar, para las pimes, la sobredependencia del crédito bancario menguante no puede sino representar un excesivo riesgo sistémico ante nuevas crisis, cierto freno a las ambiciones de crecimiento e inversión, y optar por una estructura financiera insuficientemente apoyada en capital. No se trata de imitar el modelo americano de preponderancia de los mercados sobre la banca, pero sí de equilibrar ambas fuentes algo más. Finalmente, la última macro tendencia es la represión financiera y la elevada precarización del ahorro y de los ahorradores. Océanos de liquidez inyectada por el BCE y tipos de interés en mínimos o negativos son la receta para someter al ahorro de bajo riesgo a rendimientos miserables.

Estas tres tendencias disruptivas nos empujan, -o debería empujarnos-, a promover alternativas de financiación para las pimes que serían al mismo tiempo (bien reguladas) alternativas de inversión para particulares y empresas. De esto precisamente se trató en una jornada el pasado 3 de mayo organizada por Pimec y por el Colegio de Economistas, entidades que diligentemente han detectado ambas necesidades imperiosas. Pero si bien estas necesidades económicas y financieras son claras, las dificultades de estructura de mercado (oferta y demanda), las regulatorias y fiscales, los cambios de mentalidad y de cultura financiera en pimes e inversores, y los posibles incentivos, son también, a día de hoy, obstáculos enormes.

No se trata de un proyecto acotable a Catalunya, ni tampoco a España. Es una prioridad a nivel europeo, y como tal lo ha recogido el plan estratégico de la Comisión Europea materializado en la Capital Markets Union, un pilar para el objetivo prioritario de impulsar el crecimiento y la ocupación en la Unión Europea. En síntesis, un enorme conjunto de medidas requeridas para mejorar la financiación de la economía europea desarrollando mercados y alternativas de financiación, en particular para sus pimes. Con muchas barreras a superar pero un objetivo que debería ser indiscutible.