Dos miradas

Voces de la plaza 1

El 15-M tuvo más de patada que de paso. Se trata de seguir avanzando

Concentración del 15-M en la Puerta del Sol, en mayo del 2011.

Concentración del 15-M en la Puerta del Sol, en mayo del 2011. / periodico

EMMA RIVEROLA

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Él estuvo allí. Hace seis años, en la plaza. Entonces tenía 22, una carrera recién acabada, muchos currículos enviados y, pese a las inciertas expectativas, a los titulares deprimentes de la prensa y al desánimo de tantas persianas bajadas, él pensó que era posible. Que eran muchos. Tantos, que con la fuerza de todos conseguirían cambiar una política que había dejado de representarles. Recuerda algunos de los rostros de aquellos días. La mujer que acababa de ser despedida después de trabajar 20 años en una empresa. Aquel profesor de universidad que casi le triplicaba la edad, pero que destilaba tanta ilusión como él. La joven con la que compartió confidencias aquella noche. Ahora la ve a menudo por la tele. Es diputada en el Congreso. Ella sigue derrochando entusiasmo, aunque ya no sabe si tanta sinceridad como entonces.

En estos seis años, ha vivido en tres países. Esta vez, sí, se ha dicho y repetido una infinidad de mañanas. De esta no sales, se ha confesado más de una noche. Pero ha salido adelante. De nuevo está aquí. Aceptó el empleo aunque no está bien pagado. Se pregunta si la crisis se ha convertido en la excusa para perpetuar los recortes. Cada día pasa en bicicleta por la plaza. No siempre recuerda aquellos días, pero sabe que su huella perdura. Quizá nada salió como esperaba. Nunca creyó en las arcadias, pero sí en la voluntad de no conformarse. El 15-M tuvo más de patada que de paso. Se trata de seguir avanzando.