Editorial

El PDECat quiere recuperar protagonismo

Los herederos de CDC aspiran a volver a tener el favor mayoritario de las clases medias, pero se han dejado alforjas en el tortuoso camino del 'procés'

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La desdibujación del perfil ideológico clásico es hoy una característica común a casi todos los grandes partidos de gobierno de los países occidentales. En Catalunya, la omnipresencia del debate soberanista ha acentuado esta tendencia, sobre todo en la que fue durante décadas figura central de la escena política, Convergència Democràtica. Si lo que caracterizó siempre a CDC fue un liberalismo templado, matizado –sobre todo en sus inicios– con algún toque levemente socialdemócrata, hoy la emotividad del procés prima sobre el racionalismo de un programa convencional. La alianza de gobierno con ERC, que posee más definición ideológica, y las servidumbres del forzado pacto de legislatura con la CUP han agudizado esta dilución del ideario convergente. En esta situación, y en vista de que los pronósticos electorales no le son muy favorables, es lógico que el partido heredero del pujolismo, el PDECat, pugne ahora por marcar perfil propio y recuperar el apoyo mayoritario de esas clases medias moderadas que siempre constituyeron su base sociológica. Marta Pascal y su equipo reivindican el liberalismo con contrapesos del sector público, un mensaje que, sin embargo, no permite ignorar que durante el quinquenio de Artur Mas al frente de la Generalitat hubo importantes recortes de las políticas sociales. Una cosa sí está clara: culmine como culmine el procés, el PDECat se ha dejado alforjas en este tortuoso camino y le costará mucho recuperarlas.