La transformación del entorno urbano

Hacia una nueva ciudad

El urbanismo de hoy debe integrar la tecnología, el nuevo modelo energético y las políticas educativas

La sede de la torre Pujades, en la calle de Provençals, donde se mudará la filial de tecnología de La Caixa.

La sede de la torre Pujades, en la calle de Provençals, donde se mudará la filial de tecnología de La Caixa.

MIQUEL BARCELÓ

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La ciudad es resultado de la historia. Nace con la revolución agrícola de hace unos 10.000 años, se desarrolla durante las dos revoluciones industriales, la del siglo XIX y la del XX, y actualmente se encuentra en pleno proceso de transformación. En este artículo presentaremos las principales tendencias de cambio del modelo de ciudad del siglo XXI.

La ciudad actual es resultado del sistema productivo que surge de la segunda revolución industrial del siglo XX. Una economía basada en la fábrica y en las tecnologías del proceso industrial, con un modelo de movilidad donde predomina el vehículo automóvil, y un sistema energético basado en la electricidad y en los derivados del petróleo, junto con otros factores, determinan un urbanismo que lleva a la ciudad dispersa en el territorio, a la especialización de usos urbanísticos y al desarrollo de los polígonos industriales situados en las metrópolis urbanas.

CAMBIO DEL SISTEMA PRODUCTIVO

Pero actualmente estamos en pleno proceso de cambio del sistema productivo, hacia un nuevo modelo en el que la fábrica industrial tradicional se transforma en un elemento de una cadena de valor global. En este sistema, la innovación es el factor clave de la competitividad, resultado del conocimiento y de la creatividad, del talento de las personas;  y estas personas desean vivir en una ciudad distinta, en un nuevo modelo de ciudad.

Nos encontramos pues en un momento de transición, en el que se está conformando un nuevo núcleo innovador, formado por actividades relacionadas con la producción avanzada, la robótica, las tecnologías de la información, las ciencias de la vida, las tecnologías médicas, los nuevos materiales, las energías renovables, etcétera. Son las tecnologías que forman parte del núcleo tecnológico que determina las nuevas actividades económicas. Este nuevo núcleo tecnológico requiere, para su pleno desarrollo, de un nuevo modelo de ciudad.

UNA VISIÓN INTEGRAL

Es necesario tener una nueva visión del fenómeno urbano que resulta de la integración conceptual de continente y de contenido; el sistema productivo, la nueva realidad económica, no pueden ir por un lado y el urbanismo por otro. El nuevo urbanismo debe ser resultado de la integración de disciplinas como la innovación, la tecnología, el nuevo modelo energético, las políticas educativas y sociales. No podemos planificar el territorio sin una visión integral de las nuevas tendencias que están determinando la nueva ciudad del siglo XXI.

La existencia en España de suelo industrial en polígonos en proceso progresivo de abandono puede representar una buena oportunidad para transformar una parte de ese suelo en la nueva ciudad, donde la innovación, la tecnología y el conocimiento tengan un papel fundamental. Con una parte del actual suelo industrial podemos transformar un grave problema en una buena oportunidad: transformar este suelo industrial y sus barrios colindantes en la nueva ciudad.

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Para poder proyectar la transformación hacia la nueva ciudad, un modelo a tener en cuenta podría ser el que representa el distrito 22@ de Barcelona, considerando algunos de sus factores clave para proyectos de nueva centralidad innovadora. Dicho modelo consistió básicamente en la integración del planeamiento urbanístico, con una estrategia de desarrollo económico centrado en sectores y actividades de alto valor añadido. Los resultados positivos están hoy a la vista de todos, tanto en términos económicos como sociales, para la ciudad de Barcelona.

IMPREGNAR AL CONJUNTO DE BARCELONA

Pero el distrito 22@ se diseñó y se implantó entre finales de los 90 y hasta finales de la primera década del 2000. Pienso que actualmente se dan las condiciones para incorporar al modelo 22@ tanto la transformación social de barrios colindantes al suelo industrial actual, como la incorporación del nuevo núcleo tecnológico al servicio de los ciudadanos; sobre todo mediante la difusión de los servicios asociados a las tecnologías de la información y la comunicación y la transición a un nuevo modelo energético.

Se trataría de transformar un suelo industrial urbano en la nueva ciudad del siglo XXI, creando un ecosistema innovador en el que no solamente se situarían los nuevos espacios de actividad económica sino que sería el espacio que impregnaría al conjunto de la nueva ciudad. Una ciudad compacta, sostenible e inclusiva propia de las necesidades de la sociedad del siglo XXI.