tú y yo somos tres

Aznar o la esferificación de la albóndiga

ferran Monegal

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Si Bertín Osborne fuera cocinero, José María Aznar sería ahora mismo una albondiguilla. No me extraña que la sesión que hemos visto de '<i>Mi casa es la tuya'</i> (T-5) haya durado casi tres horas. Para conseguir la perfecta esferificación de la albóndiga se necesita dedicación, magreo y sobre todo sobar mucho. Notables opinadores ya se han pronunciado sobre la particular visión que ha demostrado tener Aznar de la historia reciente de España, y de su propia y colosal exaltación de sí mismo como gran líder. Ha indignado a muchos que haya dicho, sobre la reunión de las Azores<i>: </i><b>«No he tenido mejor foto nunca»</b>; y más todavía cuando alardeó, orgullosísimo, del papel que jugó como presidente ante la guerra de Irak. Esta postura arrogante, de consecuencias trágicas como luego se vio, este 'sostenella y no enmendalla' -sobre la gestión y las mentiras del 11-M también- ha irritado enormemente a los analistas. Es el análisis político sobre el político. A mí me toca advertir que esta prepotencia, esta casi obscena glorificación, se ha producido porque la tele se la ha ofrecido. La tele se ha espatarrado frente a él, para que disfrute de barra libre. Más que conversación -y desde luego en absoluto entrevista-, lo que hemos visto ha sido el monólogo de un Aznar recostado en un sofá, sobre el 'green', y un Bertín que ni siquiera le hacía de 'sparring' porque su labor consistía en ir sobando al invitado para conseguir la más perfecta esferificación de la pelotilla. Por si acaso el tuneado y el manoseo no quedase a su gusto, las almibaradas incrustaciones musicales, que habitualmente insertan en el programa, en esta ocasión fueron más acarameladas que nunca. Eligieron las versiones más remilgadas de 'Together forever', 'Eternal flam' o 'Dancing queen', para que los dulces arpegios actuasen como 'aceto balsámico' añadido. Nunca habíamos visto construir la esferificación de la albóndiga dentro de un jacuzi. Es una novedad culinaria de primera magnitud.

No nos merecíamos que la gran y larguísima aparición del expresidente <b>Aznar</b> en la tele haya sido lo que hemos visto. Debería recordar Tele 5 que aun siendo una cadena privada, lo es gracias a una graciosa y privilegiada concesión estatal.

Ha habido, no obstante, un punto que nos ha preocupado mucho. Cuando Aznar ha dicho que antes se pegaba 2.000 abdominales de una tacada, y que ahora solo consigue hacer 800. Cuidado: eso es síntoma de decadencia, pura y dura.