El debate sobre la libertad de expresión

Antes fueron películas y libros, ahora son tuits

Exigir que la Fiscalía no haga diferencias entre víctimas también es luchar por la memoria, la dignidad y la justicia

La tuitera Cassandra, el pasado 22 de marzo, en el juicio.

La tuitera Cassandra, el pasado 22 de marzo, en el juicio. / periodico

ROBERT MANRIQUE

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Los últimos días han sido un devenir incesante de noticias relacionadas con los tuits de Cassandra Vera porque los comentarios de la tuitera murciana han sido, cuanto menos, motivo de discordia y razón para diversas reacciones: desde campañas para pedir al Gobierno que la indulte pasando por la solicitud de la derogación del artículo del Código Penal en que se basa su condena a poco menos que encerrarla de por vida.

Cuando las opiniones ajenas entran en colisión con la sensibilidad de un colectivo las cosas se complican y a menudo, por intereses ideológicos concretos o por mezclas de sentimientos, se magnifican. Como víctima, a raíz del tuit en el que Cassandra menciona el atentado contra Carrero Blanco prefiero dar prioridad a conocer qué piensan las personas directamente afectadas y recuerdo que en un encuentro entre víctimas de ETA, GAL y un antiguo etarra en la parroquia madrileña de San Carlos Borromeo en junio del 2015 estuvieron presentes la nuera y Lucía, la nieta de Carrero.

En enero pasado Lucía dejaba clara su opinión sobre los tuits de Cassandra Vera cuando escribía sobre la petición de cárcel: "El miedo jamás genera respeto, solo rencor. Se supone que se trata de un delito de humillación a las víctimas y de enaltecimiento del terrorismo. Al menos a mí (obviamente solo puedo y pretendo hablar por mí), lo que esta persona ha escrito no me humilla en absoluto. Me apena -y quizá inquieta un poco que se quiera dedicar a la docencia-, pero no tiene en absoluto la capacidad de humillarme. Y creo que, efectivamente, hay un enaltecimiento pero, como he dicho, del mal gusto y de la falta de sensibilidad. Confío por el bien de todos en que esta petición no prospere, y que aprendamos de una vez a tolerarnos los unos a los otros motivados por el respeto, y no por el miedo".

Si Lucía comparte los mismos apellidos que la víctima y no se considera humillada, ¿la Fiscalía debía seguir adelante?

TIP Y COLL Y PAJARES

Haciendo un ejercicio de memoria podemos recordar situaciones muy similares. Los chistes de Tip y Coll en 1984 o la película 'Makinavaja y el último choriso' de Andrés Pajares en 1992, ¿qué condena podrían merecer ahora?

En e l2017 nos encontramos con otro tuit, en este caso del periodista Alfonso Rojo: "Colau dispara en la nuca a las víctimas del atentado de ETA en el Hipercor". Si este señor hubiera seguido las primeras y más sencillas normas elementales que se enseñan en la facultad de Ciencias de la Información, con acudir a diferentes fuentes (por ejemplo, la hemeroteca de EL PERIÓDICO de 16 de marzo de 2016) y contrastar los datos seguramente se habría ahorrado escribir la necedad en la que menciona a 21 ciudadanos asesinados y a otros 45 heridos de diversa consideración.

Por lo tanto las preguntas consiguientes serían: la Fiscalía ¿se atreverá a iniciar una investigación por este tuit o preferirá mirar para otro lado? ¿La Fiscalía tendrá la valentía suficiente para revisar la posible "humillación a las víctimas del terrorismo"? ¿Sería "enaltecimiento del terrorismo"? ¿Se podrá saber si 21 asesinados merecen el mismo respeto, para la Fiscalía, que uno solo? ¿Seguirán algunos diciendo que todas las víctimas son iguales? ¿O el problema estribará en que en lugar de la víctima lo que realmente les importa es el autor dependiendo de su nombre o de su ideología?

Por si no lo sabe, le recuerdo a la Fiscalía y de paso a todos aquellos que dicen "trabajar por las víctimas del terrorismo", que entre los afectados por el atentado en Hipercor hay personas anónimas que representamos la pluralidad existente en el colectivo de víctimas del terrorismo y algunas de estas, por mucho que lo intenten desde diferentes estamentos, nunca callaremos.

Exigir que la Fiscalía no haga diferencias entre víctimas también es luchar por la memoria, la dignidad y la justicia. Sinceramente, me preocupa más Alfonso Rojo que una tuitera murciana.