tú y yo somos tres

Monedero, guitarrista en TVE

ferran Monegal

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Que Juan Carlos Monedero haya sido entrevistado en TVE-1 en horario de 'prime time' podríamos considerarlo noticia de primera categoría. Rebajemos no obstante la excitación: se trataba del programa de humor de <b>José Mota</b> ('<i>El acabose'</i>, TVE-1), un lugar en donde toda criatura que penetra en él es como si se hubiera introducido en una lavandería y a base de mucho jabon Dixan y suavizante Mimosín se queda blanco y esponjoso como un niño vestidito de primera comunión. La semana pasada, por ejemplo, Mota tuvo de invitado a Miguel Ángel Revilla. ¡Ah! Olvídense del Revilla guerrero que habitualmente sale en programas de tele lanzando perdigonadas a los políticos corruptos, dando nombres y apellidos. Fue otro Revilla el que vimos. Fue un Revilla parecido al bocarte o anchoa de Cantabria; o sea, untado con aceite y colocado mansamente en una lata de aluminio. Con Monedero han hecho algo parecido. Lo más revolucionario que le hemos visto ha sido agarrar una guitarra y cantar aquel tema del inolvidable Javier Krahe, '¿Dónde se habrá metido esta mujer?', canción que precisamente también eligió Pablo Iglesias para cantársela a Pablo Motos en 'El hormiguero' (A-3 TV, noviembre 2015), otro programa en el que trabajan el lavado-exprés con una precisión muy superior a la del famoso quitamanchas Cebralín. Hubo un momento en que Mota tenía una posibilidad magnífica para ironizar, con humor, y con profundidad, sobre las últimas escaramuzas en el interior del universo 'podemita'. Fue cuando le dijo a Monedero«¡Ya sé que ahora tú te dedicas a afilar cuchillos!». ¡Ahh!, esto de Monedero afilador de navajas podía dar mucho de sí. Las dagas que han volado últimamente por Podemos han sido tema de conversación durante semanas en tertulias televisivas. Además de <b>Íñigo Errejón</b>, que ha quedado bastante degollado, Carolina Bescansa también ha sentido en su cuello el frío de la hoja del cuchillo. A José Mota, que le gusta hacer humor reconstruyendo escenas históricas, podía haber recogido aquella crónica del siglo XIX sobre el Barón de Benifayó, inquietante personaje que en vista de que una princesa rusa no le obedecía ni se plegaba a sus pretensiones la hizo degollar una noche de luna mientras ella paseaba, desnuda, por la arena de la Manga del Mar Menor.

Hubiera sido un 'sketch' un poco truculento, pero oportuno, teniendo Mota en el plató a Monedero, delicado y fino afilador de cuchillos.