El futuro de la UE

En marcha por Europa

Si alguna lucha vale hoy la pena desde la sociedad civil europea es el compromiso por la unión federal

FOTO DE FAMILIA Los líderes de la UE posan en Roma, ayer.

FOTO DE FAMILIA Los líderes de la UE posan en Roma, ayer.

JOAQUIM COLL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Se celebra el 60 aniversario de la firma del Tratado de Roma en un momento en que el proyecto europeo se encuentra asediado por pulsiones soberanistas, populistas y xenófobas. Sin embargo, el sábado pasado miles de personas marcharon por las calles de Roma a favor de una Europa fuerte, unida y democrática. La disyuntiva actual es clara: la UE es una construcción incompleta que puede desintegrarse si no se relanza el proceso hacia su unidad.

Necesitamos un gobierno y una democracia europea, transformar la Comisión en un verdadero poder ejecutivo que responda ante un Parlamento Europeo que represente a la ciudadanía y un Consejo que se transforme en un Senado de los estados miembros para las cuestiones legislativas. Esta es en esencia la arquitectura con la que sueña el movimiento federalista, protagonista principal de esa marcha. Desgraciadamente, tras el fracaso constitucional del 2005 muchos creen que el horizonte federal se ha convertido en una utopía.

NIVELES Y DESEOS 

Después del 'brexit' se hace inevitable aceptar que el proceso de integración, es decir, de una unión cada vez más estrecha, deberá adaptarse a diversos niveles y deseos. En realidad, lo que aparece cada vez más claramente como un grave error fue haber realizado la ampliación al Este sin haber antes profundizado en la unión fiscal, económica y política de la Europa occidental a partir del eje franco-alemán.

Sin embargo, es por aquí por donde ahora puede venir el relanzamiento del proyecto europeo. De entrada, para frenar a las fuerzas centrífugas que trabajan a favor de su desintegración. Evitar la victoria de la soberanista Marine Le Pen en las presidenciales francesas es crucial, y hoy parece bastante probable. En su lugar, se afianza la candidatura del europeísta social-liberal Emmanuel Macron, apoyado por una alianza que incluye a centristas, ecologistas y bastantes socialistas.

En Alemania, el panorama no solo es más estable sino que Martin Schulz como candidato socialdemócrata es un rival formidable para derrotar a Angela Merkel. Seguramente no habrá más alternativa que otra gran coalición entre el SPD y la CDU, pero un nuevo liderazgo al frente del Gobierno supondría un gran revulsivo, porque Schulz es un europeísta convencido.

SESGO NACIONALISTA

Relanzar la unidad europea no va a ser fácil ni rápido. Por debajo de los cambiantes escenarios políticos necesitamos que se produzcan otras transformaciones de más alcance. El discurso público en los medios refleja un sesgo nacionalista que distorsiona la realidad europea. La política local española, alemana, italiana o francesa se comporta como si sus mercados y decisiones no fueran interdependientes.

El sueño de la Europa federal exige un cambio de mentalidad en los ámbitos nacionales. Solo así nos liberaremos de los falsos discursos soberanistas que, combinados con el populismo, nos prometen el regreso a la Arcadia feliz. También en Catalunya. Si alguna lucha vale hoy la pena desde la sociedad civil europea es el compromiso por la unión federal. Hay que seguir en marcha.