El atentado de la capital británica
Sigamos cruzando puentes alegremente
La vida ha seguido en Londres. Los ciudadanos han tomado el metro o el autobús a la misma hora y se han dado el 'good morning' al llegar a la oficina
Carlos Carnicero Urabayen
Periodista.
CARLOS CARNICERO URABAYEN
El miedo nubla la capacidad de juicio. Si te atrapa, te muestra débil y vulnerable. Es difícil de ocultar. El miedo es un mal negocio porque fortalece a tus enemigos. Exigir valentía, claro, es fácil, pero no tanto ejercerla en momentos difíciles. Bravo por los británicos. Han mostrado cuál es la fortaleza más genuina, la que permite ser fiel a uno mismo incluso en los momentos más difíciles.
La vida ha seguido en Londres. Los ciudadanos han tomado el metro o el autobús a la misma hora, se han dado el 'good morning' al llegar a las escuelas y oficinas. El puente de Westminster, donde el terrorista arrolló a los peatones, ha estado cerrado menos de 24 horas. Lo justo para investigar; suficiente para decir «este es nuestro puente». El Parlamento británico, el más antiguo del mundo, se ha reunido como estaba previsto. ¿Puede haber algo más inteligente que mostrar el funcionamiento normal de la sociedad democrática que los terroristas quieren perturbar?
«Un terrorista trató ayer de silenciar nuestra democracia; pero hoy nos reunimos aquí con normalidad». Son las palabras que la primera ministra Theresa May ha pronunciado al iniciar su discurso ante una abarrotada Cámara de los Comunes. «La democracia y sus valores siempre prevalecerán», ha dicho después. Los otros intervinientes, de todos los partidos, han mostrado unidad. Solemnidad británica a la altura. Firmeza sin estridencias, sin evocar discursos guerreros que no lleven a ninguna parte.
APERTURA Y MEZCLA
Mejoremos la seguridad fríamente. No está nada mal en estos tiempos de Donald Trump. El alcalde de Londres, Sadiq Khan, musulmán e hijo de un conductor de autobús, evoca lo mejor de la ciudad. Apertura y mezcla. Ha respondido en la radio, serenamente, al ser preguntado por un ataque del hijo de Trump en las redes sociales: «No comento los tuits de Trump». Exacto. El ataque a la democracia es una cuestión demasiado seria como para convertirla en un 'show'.
Evocar la normalidad también debe recordarnos a quienes dan su vida por garantizarla, como el policía Keith Palmer, que, desarmado, se abalanzó sobre el terrorista para evitar que llegara a las puertas del Parlamento. En medio del pánico todos corremos en una dirección menos ellos. El viudo de Jo Cox, la parlamentaria asesinada por defender un Reino Unido abierto y miembro de la Unión Europea, ha recordado lo que reconforta a las víctimas en estos momentos: hablar de ellas, darles cariño y no prestar demasiada atención al cobarde asesino.
LO QUE NOS UNE
A pocos días de que Theresa May active el cronometro del 'brexit' el cronometro del 'brexit'y comience un plazo de dos años para negociar la salida británica, recordemos lo que no podrán separar ni el canal de la Mancha ni los negociadores. Entre las víctimas hay un gran abanico de nacionalidades. Ayer fue Londres, pero antes fue Bruselas, París, Berlín, Estambul o Madrid. Sabemos lo que nos une. Sigamos construyendo y cruzando puentes alegremente. Regresaré pronto al puente de Westminster.
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