Al contrataque

La naranja ambulante

Con tanto vaivén, era imposible que los propios socios de Hazte Oír tuvieran claro ya a quién le cuelga el pajarito y a quién no

El presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, en la conferencia de prensa que dio, ayer, en Madrid.

El presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, en la conferencia de prensa que dio, ayer, en Madrid.

CRISTINA PARDO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El autobús de los penes y las vulvas continúa su accidentado periplo por España. A estos de Hazte Oír les han parado en todas las ciudades a las que ha intentado llegar para pasearse con los órganos sexuales de terceros. Los ideólogos de este viaje, que tienen penes, vulvas y sobre todo mucho tiempo libre, han ido modificando su mensaje, empujados por los jueces, las protestas y las fuerzas de seguridad.

En un principio, nos vinieron a decir que se lanzaban a las calles para asegurarse de que no hubiera ningún niño sin su pene y ninguna niña sin su vulva. Luego, tuvieron que añadir unos interrogantes, a instancias judiciales, imprimiendo sin querer muchísima emoción a la camioneta. Era como una sorpresa ambulante. ¿Qué tendrán los niños?, como si en la esencia misma de la historia de España estuvieran los toros, la paella, el flamenco, la tortilla y un trepidante debate, no sobre si la tortilla va con cebolla o sin ella, sino sobre pitos y flautas.

Así llegamos al momento en el que, para evitar otra vez a los jueces y las ordenanzas municipales, decidieron quitar los interrogantes y tapar nuestros órganos sexuales (qué pena que no hablen de los suyos) con la palabra 'censurado', como si aquí en nuestro país fuéramos todos aún con taparrabos, unos retrógrados sin derechos que no hacemos lo que nos sale de la vulva, en la medida de lo posible.

Y por fin ha llegado el día en que el vehículo se ha quedado sin las letras porque, entre unas cosas y otras, aquello era un follón. Yo creo que en este momento, con tanto vaivén, era imposible que los propios de Hazte Oír tuvieran claro ya a quién le cuelga el pajarito y a quién no. ¡Ah, la vida!

UN MANGO MÓVIL

La caravana, una de cuyas últimas paradas ha sido Pamplona, es ahora como un mango móvil (mango de fruta; no vaya a ser que los organizadores piensen que estoy haciendo adoctrinamiento ideológico). Es un autobús naranja, que bien podría realquilar Ciudadanos para la próxima campaña electoral, en el que no se lee nada porque no hay nada. Imaginen a los navarros corriendo despavoridos por las calles, preguntándose desorientados si tienen pene o vulva, llevándose las manos a la cabeza ante el vacío informativo en el que les ha sumido Hazte Oír.

Ha sido nada más entrar a la ciudad y el autobús ha atropellado a una joven que participaba en una concentración de protesta, en lo que bien podría ser una metáfora de lo que han estado haciendo con los niños desde que emprendieron este sentido homenaje a la mentalidad sexual del pleistoceno. 

Veo también que allá donde van les reciben a huevazo limpio. A los sexadores les va a dar vueltas la cabeza, porque seguro que no contaban con que las de la vulva también tuvieran huevos.