El 'low-hub' de El Prat

Bajo control de la estatal AENA, el aeropuerto ha multiplicado sus vuelos de largo recorrido. Un abismo separa ciertos discursos políticos de la realidad

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ENRIC HERNÀNDEZ

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Con el lanzamiento de la aerolínea 'low cost' Level, propiedad de IAG como British Airways, Vueling e Iberia, esta última enmienda el grave error que cometió hace más de una década. Desde el 2005, la antaño compañía de bandera se replegó de El Prat para operar, en régimen de monopolio, en la faraónica T-4 de Barajas. Pese a la posterior apertura de la T-1 de El Prat, más ágil y funcional, la mudanza de Iberia amenazaba con condenar al aeropuerto barcelonés al aislamiento internacional, al menos en cuanto a los vuelos de larga distancia. El sentimiento de agravio respecto al Estado, caldo de cultivo del estallido independentista, empezaba a tomar cuerpo.

La sociedad civil, el empresariado y las instituciones catalanas se revolvieron contra aquella mala pasada, que atribuían a un contubernio político de la estatal AENA y la privatizada Iberia. Exigieron primero, en el acto de lESE, la gestión autónoma de El Prat, que el Gobierno socialista había rechazado incluir en el Estatut. Y promovieron después la compra de la ruinosa Spanair, que no logró alzar el vuelo ni a golpe de talonario público.

Tanto el entonces director de El Prat, Fernando Echegaray, como su sustituta, Sònia Corrochano, sostuvieron siempre que el aeropuerto reunía todos los requisitos para ser un 'hub' internacional, aun bajo la gestión centralizada de AENA. Y tenían razón: del 2010 al 2016, El Prat aumentó en un 36% el número de pasajeros, mientras Barajas perdía el 6%. En cuota de mercado, se acercan al empate técnico. 

El atractivo turístico de Barcelona y la buena gestión comercial han permitido que El Prat capitalice la eclosión de las compañías de bajo coste: Vueling, Easyjet, Ryanair... Luego Norwegian anunció vuelos directos a Nueva York, Los Angeles y Miami, y Level se ha sumado a la puja con enlaces a la costa oeste de EEUU, Argentina y República Dominicana.

NI GRITOS NI BANDERAS

Sin poner el grito en el cielo ni izar banderas contra nadie, El Prat va camino de convertirse en un 'low-hub' internacional, conectado con medio mundo. Lo que demuestra, de nuevo, el abismo que separa ciertos discursos políticos de la realidad.