Pequeño observatorio

Suavizar los pinchazos del tiempo

Uno de los secretos de la vida es superar los sucesivos maratones que nos pone la propia vida

Entrevista a Miquel Pucurull.

Miquel Pucurull. / periodico

JOSEP MARIA ESPINÀS

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El hecho de acercarse el día que significará para mí otro aniversario –espero poder hablar de él cuando toque– me ha llevado a hablar de eso que llamamos «la edad». He buscado en un libro de referencias algunas frases al respecto.

En El criticón de Gracián aparece esta afirmación: «¿Qué mayor encanto que treinta años a cuestas?». No me gusta eso de «a cuestas», porque me suena a algo pesado. Me gusta más lo que dice Chamfort: «A cada edad de la vida, el hombre llega como aprendiz». Esto es muy sugestivo y me parece cierto. El joven llega un momento en que desaprende a ser niño y aprende a ser joven. Como el viejo tiene que aprender a ser viejo. Y confío en que el lector de esta columna encontrará, como yo, que Montesquieu es un observador muy sensible cuando dice que es una desgracia que haya un intervalo tan corto entre el tiempo en que somos demasiado jóvenes y el tiempo en que somos demasiado viejos. Y ahora que escribo estas líneas, cuando la cifra de mis años ya es escandalosa, puedo certificar que el admirado Alfred de Musset tiene toda la razón cuando nos hace saber: «El ser humano es el único que envejece, todo lo demás se rejuvenece cada día a su alrededor». Magnífico.

Otra cita que me parece lúcida: «El tiempo lo devora todo», dictaminó el poeta Ovidio. Ya me perdonarán, pero el tiempo también lo renueva todo, y son los pinchazos de la añoranza los que tenemos que aprender a suavizar, como es el caso de Miquel Pucurull, que ha lamentado en este diario que este año no podrá correr el maratón de Barcelona por culpa de una lesión. Habla de la emoción de la salida, los gritos de la gente, la sonrisa de la niña que te ofrece agua, los gritos de ánimo en todo el recorrido, los llantos de la emoción que le han asaltado cada vez que ha terminado el maratón...

Creo que uno de los secretos de la vida es llegar a superar pequeños y sucesivos maratones que nos pone la propia vida.