tú y yo somos tres

La pena de San Valentín

FERRAN MONEGAL

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La tele celebra San Valentín. En el imperio Mediaset han ordenado a sus estrellitas en nómina que pasen por 'First dates' (Cuatro), ese restaurante en el que criaturas anónimas van a ver si ligan. Por si algunas figuritas de la cadena quisieran preservar su intimidad -tiene gracia hablar de preservar la intimidad en este imperio televisivo-, se han inventado la modalidad de consejeros del amor, y así no hace falta que se presenten con su pareja, ni tampoco que vayan allí a ligar. 

Sandra Barneda, por ejemplo, se presentó sola. Se notaba que iba al programa por imperativo legal. O sea, por orden de los despachos directivos. Y no se ha esforzado en absoluto por transmitir el más mínimo feeling. En cambio, Kiko Matamoros y Makoke al menos han ido juntitos. No sabemos qué harán las próximas estrellitas de la casa a las que les manden pasar por 'First dates'. Jorge Javier Vázquez, por ejemplo, o Jordi González, o Emma García, o Jesús Vázquez, o María Patiño. La gracia sería verlos con sus parejas, y si alguno está libre, que fuera al restaurante a ligar, o sea, ¡a ver lo que pilla! Eso tendría mucho morbo para la parroquia adicta al Sálvame y al Deluxe.

En en el Concilio Vaticano II, Juan XXIII y la mayoría cardenalicia dudadan de que San Valentín hubiera existido. Lo retiraron del calendario eclesiástico. Yo creo que no es que dudasen del pobre mártir. Fue otra cosa. Con un poder de adivinación portentoso, intuyeron que, con la llegada de la televisión, ese santo iba a ser carne de cañón televisiva. Visto lo visto, la razón les asiste.

DIVORCIO A LA VISTA

Otros que han pasado un San Valentín horroroso han sido Jaime y Ruth (Casados a primera vista, Antena 3 TV). Ya les conté que Jaime acusó a Ruth de roncar como una energúmena. Ahora duermen en habitaciones separadas. Pero esa estrategia no ha servido para unirles. Su relación camina por un pedregal de miseria y de insultos. Ruth, que es ingeniera, culta y leída, le acaba de decir: "Tú, mucha fachada y poco interior. Y en cuestión intelectual y cultural, yo te quedo grande". O sea, eres un borrico. Y Jaime, que es 'personal shopper' de profesión, mirándola de arriba abajo contestó: "Esos pantalones que llevas yo no te los aconsejaría. No puedo decir que tienes un cuerpo bonito, porque no lo tienes" y remató con muy mal estilo: "¡Hala, a cascarla!". Todo eso, dicho en pleno San Valentín, corrobora los temores del Concilio Vaticano II.