Lluvia y truenos
El folklore contemporáneo se ha convertido en un nicho en el que los artistas no pueden vivir de ello y tienen que compatibilizarlo con otros empleos
Ángeles González-Sinde
Escritora y guionista.
ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE
Me hago mayor. Entré al teatro y estaba vacío. ¿Qué había pasado? Que aunque el concierto estuviera anunciado a tal hora, realmente no empezaba hasta más tarde. Todos lo sabían menos yo. Para hacer tiempo, hice lo que cualquiera: tirar de móvil. No sabemos ya esperar. Abrí mi web favorita The Book of Life, sobre cuestiones filosóficas de la vida cotidiana. Razonaban sobre el nacionalismo actual divisor y excluyente: no vale con ignorarlo mientras otros lo explotan. Sugerían darle la vuelta y buscar un nacionalismo incluyente, por ejemplo, el orgullo colectivo de tener buenos artistas.
Empezó el concierto. Fue maravilloso. Breve, pero intenso. Lo chocante es que la sala no estuviera a rebosar. Me pareció injusto y a la vez sintomático de la situación de la cultura: los mejores músicos de este país no son conocidos por la mayoría. Pensé que hace unas décadas, The New Raemon & McEnroe disfrutarían de éxito de masas, como Radio Futura o Luis Eduardo Aute porque tienen madera y capacidad para atraer a miles de personas.
Me pareció que el siglo XXI no tendrá Autes ni Serrats ni Antonios Vegas porque han desaparecido las vías para que lleguen a sus oyentes. Que el folklore contemporáneo o la música popular se ha convertido en un nicho en el que los artistas no pueden vivir de ello y tienen que compatibilizarlo con otros empleos sin desarrollar al 100% su talento. Que eso es una merma de derechos para los demás, privados de que suene en la radio y en la tele mejor música y más emocionante. Que nos perdemos dicha, gusto y alivio para la vida sin sus canciones.
Que quizá una solución sea que las teles empiecen a llevar de tertulianos a los buenos músicos, a ver si se hacen tan célebres como Inda y Marhuenda y llenan estadios. Porque no hay derecho que importe más que la política, la mala política y la corrupción, que la música en los medios de comunicación y en las cabezas de los espectadores.
'Lluvia y truenos' se llama el disco de The New Raemon & McEnroe. No se lo pierdan. Se siente una orgullosa de ser su paisana.
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