EDITORIAL

El sí amargo de la CUP al presupuesto

Los anticapitalistas aprueban las cuentas, por dos votos a favor y ocho abstenciones, con el fin de empujar a convocar el supuesto referéndum unilateral

Quim Arrufat y Eulàlia Reguant, en la rueda de prensa posterior al consejo político de la CUP.

Quim Arrufat y Eulàlia Reguant, en la rueda de prensa posterior al consejo político de la CUP. / periodico

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La CUP ha decidido este sábado aprobar los presupuestosCUP de la Generalitat para el año 2017. Lo hará por la mínima, dos votos a favor y ocho abstenciones, con la única finalidad de empujar al gobierno de Junts pel Sí a convocar el supuesto referéndum unilateral el próximo mes de septiembre.

Los anticapitalistas dejaron bien claro en todo momento que su posición final no tiene nada que ver con el contenido de las cuentas –que no consideran que se ajusten a las necesidades del país– sino con el dilema que les impuso el president Puigdemont en la moción de confianza: sin presupuestos no había referéndum.

Es evidente que esta decisión tendrá consecuencias electorales para la CUP igual que su implicación en la gobernabilidad desde hace un año. De las dos almas de la formación, el pragmatismo ha caído del lado de los independentistas. 

La aprobación de los presupuestos  lleva a la mayoría parlamentaria actual de cabeza hacia el callejón sin salida que se convirtió en enero del 2016 en su razón de ser: la vía unilateral a la independencia más tarde edulcorada con el referéndum al margen de la legalidad actual.

Este camino, por mucho que se endulce, lleva a saltarse la ley como el episodio del exsenador Vidal ha puesto en evidencia. Esta mayoría que dará vía libre a los presupuestos no está facultada para dar los siguientes pasos que se propone y chocará con la justicia y la defensa de la legalidad que corresponde a todos los organismos públicos, también a la Generalitat.