Pequeño observatorio

Los huevos de la tortilla política

Bienvenidos sean los que quieren animar la política porque tengo la impresión de que cada día es más aburrida

Joan Coma sale de la Audiencia Nacional tras prestar declaración ante el juez Ismael Moreno.

Joan Coma sale de la Audiencia Nacional tras prestar declaración ante el juez Ismael Moreno. / periodico

Josep Maria Espinàs

Josep Maria Espinàs

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Está muy bien que, en medio de tanta información, los periódicos recojan algunos hechos que nos pueden divertir. No todo han de ser catástrofes, naufragios, miles –millones– de seres humanos que viven en la miseria, o mueren, intentando escapar. Terrible. Por contraste me ha llamado la atención la columna que publicó EL PERIÓDICO con el título de La tortilla, los huevos y el independentismo mágico. Las tortillas no pueden presumir de ocupar puestos de privilegio en el mundo periodístico pero esta vez han logrado incorporarse a un titular.

Pienso que lo hemos de agradecer. Porque en nuestra alimentación periodística diaria hay una cantidad abusiva de informaciones desagradables y quién no se ha sentido feliz alguna vez comiéndose una modesta tortillita.

Por suerte, la vida nos da momentos divertidos. Como la reacción del fiscal de la Audiencia Nacional que, ante la afirmación de un político catalán y su frase de que «hay que romper los huevos», se pregunta si la metáfora implica o no «el uso de la violencia». «¿Implica el uso de la fuerza? ¿Qué hay que romper?». Joan Coma, autor de la frase, explicó que es una expresión popular «propia de Catalunya y significa que a veces hay que ir más allá para superar una situación injusta». Tengo la impresión de que la política es cada día más aburrida, y bienvenidos sean los que quieren animarla.

DESTINADOS A SER ROTOS

Para pacificar el incidente recordaré que los huevos están muy acostumbrados a ser rotos. Los huevos pasados por agua, muy del gusto de mi abuelo. Los revueltos, que siempre han tenido adeptos. Los fritos, que me gustan mucho y como a menudo. Los batidos ... Y poca gente debe saberlo, lo he descubierto en el diccionario Coromines, que ha existido un 'huevo filosófico'. Era el nombre de un bote de boticario durante el siglo XV.

Los huevos, hoy, están destinados a ser rotos. Si se pasan la vida en la cáscara acaban pudriéndose. Es mejor hacer una tortilla y repartirla como buenos hermanos.