Gente corriente

«El mundo pide una economía más humana»

Giuseppe Cavallo es presidente de Voxpopuli, la agencia de márketing que fundó para ayudar a mejorar el mundo desde las propias marcas

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CARME ESCALES

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Caserta, 25 kilómetros al norte de Nápoles, es donde nació, en 1964, Giuseppe Cavallo. Cuando estudiaba Ciencias Políticas, el profesor de Economía Política lo marcó. Su posgrado de márketing precedió 21 años de carrera con altos cargos en Nissan. Hoy, afincado en Barcelona desde hace más de diez años, su trabajo diario, su mente y su vocación enfocan una verdadera economía sociopolítica. Convencido de la poderosa herramienta de cambio social que son empresas, marcas y productos, ayuda a las firmas a encarrilarse en la dimensión de los valores humanos para alcanzar el éxito empresarial y social. Él lo llama márketing de la felicidad.

-Felicidad, así, suena a gancho mercantil. Las empresas prósperas son las que persiguen con éxito un ideal de felicidad que pasa por satisfacer las necesidades de un grupo de personas. Los beneficios que sacan de ello son la consecuencia. El problema es tomar el beneficio como norte y objetivo empresarial y no esas necesidades de las personas. En el origen de una empresa está primero el nicho de mercado, la necesidad a cubrir.

-¿Cómo ayudan a las empresas a garantizarlo, a centrarse en las personas? Creando conciencia del beneficio real que pueden ofrecer a través de los valores humanos. Y eso pasa por convencerse de esos valores, creérselos y tomarlos como propios. No liderando, ni imponiéndolos desde arriba -sobre todo porque el CEO no está en la calle-, sino permeándolos, contagiándolos en toda la empresa y llevándolos a la propia marca. Las marcas son organismos vivos. Son como personas. Y es así como pueden empatizar mejor con las emociones de los clientes. El mundo está pidiendo una economía más humanista. Y nosotros tratamos de empoderar a los líderes económicos para hacer una marca más identificable con una persona, para que los clientes se puedan identificar más con sus valores.

-¿Cómo se refleja eso luego en el quehacer de una empresa?  Ahora más que nunca, si los productos no solo cubren la necesidad de solucionar un problema sino que también cubren una necesidad emocional y espiritual siendo mejores, más cómodos, más prácticos, más respetuosos con el medioambiente, más innovadores, y conectan más estética y filosóficamente con los clientes, se venderán mucho más.

-Ese es el punto de encuentro ideal entre el éxito empresarial y la felicidad social.  Sí, sin perder de vista una buena gestión. Es un error que una empresa solo quiera ganar dinero, pero también lo es no garantizar su sostenibilidad económica. Y nuestra experiencia nos dice que es más posible perseverar con un propósito claro, una conciencia de grupo que sitúe a la persona en el centro de la economía y no el dinero. Cuando no es así, las finanzas no son más que algoritmos y ecuaciones. Cuando sí lo es, los empleados son más felices, porque saben cuál es su contribución.

-¿No es arriesgado ceñirse a empresas que creen en los valores humanos? Eso es lo que me decía todo el mundo cuando, en el 2012, decidí fundar Voxpopuli [www.voxpopulilabs.com]. Pero ahora puedo decir que cuanto más pequeño he hecho mi nicho, más he acertado. Después de tantos años en Nissan, sentí la necesidad de ayudar a empresarios desde el márketing responsable para un mundo mejor. Aunque una parte de mi corazón aún sigue en Nissan, por todo lo que allí aprendí.

-¿Se tomó un tiempo entre medio? Sí, para aclarar mis ideas y concretar lo que quería aportar a la sociedad y cómo hacerlo. Me inspiró mucho Capitalismo Conscientemovimiento internacional del que formo parte [www.capitalismoconsciente.es]. Y poniendo orden en mis pensamientos construí el libro 'El márketing de la felicidad' (Códice), que es ahora nuestra herramienta imprescindible.