tú y yo somos tres
Nos salvó de la tristeza Carlos Latre
Ferran Monegal
Crítico de televisión
Ferran Monegal
FERRAN MONEGAL
'Bonjour tristesse' debería haber llamado <b>Bertín Osborne</b> a su primer programa del año ('Mi casa es la tuya 2017', Tele 5). Reunió a seis humoristas en su hermoso cortijo sevillano. Seguramente pretendía una celebración navideña llena de comicidad. Pero solo consiguió que nos invadiera una tristeza muy grande. Millán Salcedo, Fernando Esteso, Paco Arévalo, Manolo Sarria, Carlos Latre y Doña Rogelia y Mary Carmen, intentaron alegrarnos. Fue en vano. Ponían buena voluntad. Querían transmitirnos diversión, entretenimiento, hilaridad. Pero en el ambiente flotaba una terrible nostalgia.
Evocaban su pasado. Aquellos tiempos felices de Millán con Josema Yuste, que no estaba, claro. De Esteso con Andrés Pajares, que tampoco. De Sarria con su compañero del Dúo Sacapuntas, Juan Rosa, muerto en el 2002. Paco Arévalo hablando de su esposa recientemente fallecida. Y, sobre todo, los recuerdos de los éxitos de antaño. 'Tempus fugit'. ¡Ah! Parecían todos en espera de destino, detenidos en un descansillo de la vida, esperando un ascensor que ni subía ni bajaba.
Por suerte estaba Carlos Latre. Evitó que aquella reunión acabara en un mar de lágrimas. Latre fue salpicando las escenas con sus chispeantes torpedos de recreación sobre la marcha. Y yo le agradezco que se haya acordado de su personaje más tierno, con el que tanto éxito cosechó en Crónicas marcianas: la becaria Bea, aquella muchacha tímida que apenas sabía sacarse de la boca las palabras. Latre fue el gran salvador de una reunión que Bertín planteó con buenas intenciones, pero que casi acaba con nosotros, de tanta tristeza y nostalgia.
EL REGRESO DE PEPE NAVARRO
Viene siendo habitual que TVE-1, antes de las campanadas, contrate a <b>José Mota</b> para que nos haga un pupurri de sketches. Y viene siendo también habitual que a este humorista, cuando pisa TVE, le entra el síndrome del freno de mano. Siempre lo lleva activado. Pero hemos visto un golpe interesante. Ha contratado a Pepe Navarro, aquel que fue negro pájaro del Mississippi, y que desde entonces la tele le esquivaba.
Le ha dado el papel piloto de un avión en el que viajaban los políticos Rajoy, Hernando, Iglesias y Rivera. La nave acaba estrellándose. Y los líderes quedan varados en una isla desierta, en plan náufragos. Es una metáfora acertada. Con un comandante como Pepe Navarro, lo normal es que la historieta acabe en catástrofe.
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