LA DETENCIÓN DEL CONCEJAL DE LA CUP DE VIC

Desobediencia y legalidad en el caso de Joan Coma

Cuando alguien recibe una citación judicial tiene la obligación de ir a declarar, sea un político o un simple ciudadano

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JOSÉ A. SOROLLA

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Pese a lo que se diga desde partidos y medios independentistas, la detención del concejal de la CUP de Vic Joan Coma se produjo porque no se presentó en octubre a declarar ante un juez de la Audiencia Nacional que investiga un delito de incitación a la sedición presuntamente cometido cuando, en un pleno del ayuntamiento, instó a desobedecer al Tribunal Constitucional (TC). Se podrá discutir si esa apelación es o no delito, igual que es cuestionable si lo es romper o quemar una imagen del Rey  -de hecho, en muchos países no lo es-, pero lo que no es discutible es que cuando alguien recibe una citación judicial tiene la obligación de ir a declarar, sea un político o un simple ciudadano.

UN PROCESO QUE NO SALDRÁ GRATIS

Si Coma no fue a declarar es porque ejerció un acto de desobediencia, como defiende la CUP, que estará equivocada, pero no se puede decir que sea incoherente. En una entrevista conjunta en 'Públic' a Coma y a la alcaldesa de Berga, Montse Venturós –detenida también el 4 de noviembre por haber eludido dos veces una citación judicial--, ambos teorizan sobre la desobediencia y el 'procés'.

“Digan lo que digan, sin desobediencia no se puede ejercer el derecho de autodeterminación”, afirma Coma. Venturós advierte de que “es muy importante conocer y ser conscientes de que el proceso de independencia no saldrá barato, no será gratis, no será echar globos amarillos al cielo mientras cantamos y aplaudimos”. Y remata: “Por la manera en que se está formalizando el relato del proceso parece que llegará un día en que seremos independientes y se ha acabado el rollo. Y ya decidiremos después si somos de izquierdas o de derechas. ¡No hagamos el imbécil! Todos los pasos que estamos haciendo hoy hacia la República catalana determinan el futuro”.

LAS CONTRADICCIONES DEL 'PROCÉS'

Ninguno de los llamados unionistas desarticularía mejor la revolución de las sonrisas ni el 'entre tots ho farem tot' que domina el relato independentista. La sinceridad de la CUP ilustra mejor que nada sobre las dificultades del 'procés' y pone a Junts pel Sí frente a sus contradicciones. Cuando Puigdemont se desmarca de la desobediencia, hay que recordarle que JxSí suscribió la declaración rupturista del Parlament del 9-N del 2015 que propugna desobedecer al TC y las leyes españolas.

Y cuando, como hoy mismo, ironiza en un tuit sobre que la 'operación diálogo' ha durado “de Nadal a Sant Esteve” está reclamando implícitamente que el Gobierno intervenga ante los jueces para paralizar la detención de Coma. Lo sugiere el 'president' y todos los que, desde Carme Forcadell a Oriol Junqueras, mezclaron política y justicia, pese a la judicialización que tanto critican. A Xavier Domènech le patinó incluso el rigor histórico y se atrevió a comparar la Audiencia Nacional con el Tribunal de Orden Público franquista.

Quizá le sirva esta afirmación de Eulàlia Vintró, exdiputada de ICV, en una reciente entrevista: ”Si hay un conflicto político, resolvámoslo políticamente. Lo que no puedes hacer es incumplir la legalidad y decir que esta legalidad no te representa. El día de mañana, suponiendo que consigas el Estado independiente, si tú has inducido a tu ciudadanía a no cumplir la legalidad de tu país, eso se te volverá en contra”.