Cansinos

Los periodistas tenemos mucho que mejorar, pero también nos vemos sepultados por el fango de políticos que si pudieran, nos redactarían las preguntas y la interpretación de las respuestas

Rafael Hernando (izqda.) y Juan Carlos Girauta firman el acuerdo, ayer.

Rafael Hernando (izqda.) y Juan Carlos Girauta firman el acuerdo, ayer.

CRISTINA PARDO

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En esta loca deriva en la que están metidos los autodenominados representantes de la nueva política, con intentos nada disimulados de acallar al disidente, no podían faltar las recriminaciones a la prensa. En realidad, y aunque los dirigentes de estas formaciones no quieran darse cuenta, están envejeciendo prematuramente.

Este lunes salió Albert Rivera en rueda de prensa para comentar los nuevos estatutos de Ciudadanos que, entre otras cosas, proponen castigar a aquellos que con sus manifestaciones «menoscaben el buen nombre del partido». Traducción: actuar contra los que se salgan de la línea oficial. Es decir, laminar la crítica interna. Una periodista de La Sexta preguntó qué significaba exactamente esto y puso como ejemplo un tuit de Juan Carlos Girauta, en el que mandaba gráficamente a un tuitero a que se metiera sus reproches por el culo. ¿Supone ese tuit un menoscabo de la imagen del partido o dado que no incluye una crítica a Rivera no se considera tan grave? Este dirigente de Ciudadanos, de natural fino y sutil, estaba presente en la sala de prensa y se acercó a la reportera al finalizar la comparecencia. Girauta le dijo: «Preocúpate de los partidos a los que tu cadena promociona». Y eso 48 horas después de que su líder estuviera en una entrevista en 'prime time' en 'La Sexta Noche'. 

No es la primera vez que el diputado naranja critica públicamente a la cadena de Atresmedia. Cuando Jordi Évole grabó el cara a cara entre Rivera y Pablo Iglesias denunció que el entrevistador había apagado el aire acondicionado para que sudara el líder de Ciudadanos, como si fuera el único susceptible al bochorno.

SUDANDO COMO CAMACHO

Es verdad que terminó la entrevista como si fuera José Antonio Camacho, pero resulta delirante atribuirle esa intención a Évole. Cualquiera prefiere estar al fresco salvo seguramente el técnico de sonido, para el que ese día la sobaquera sería el mal menor frente al ruido del aparato del aire. 

Ciudadanos se queja cuando le critican, como hacen PP y PSOE desde el principio de los tiempos. Cómo olvidar que, según Rafa Hernando, somos «hienas». Tampoco Podemos está a salvo de este vicio. De hecho, en una de las cartas que ha intercambiado recientemente Iglesias con Errejón, reprochaba a su número dos que cuente con el favor de los medios. En realidad, sonaba a queja teñida de cierta envidia. Por algo los periodistas parlamentarios dieron hace unos días a Iglesias el premio 'castigo para la prensa', porque cualquier crítica o reproche a Podemos es para él fruto de «la máquina del fango».

Los periodistas tenemos mucho que mejorar, pero también nos vemos sepultados por el fango de aquellos que si pudieran, nos redactarían las preguntas y la interpretación de las respuestas. Cansinos.