tú y yo somos tres

Franco y Carmen Polo, en la cama

FERRAN MONEGAL

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Esta semana, ese fascismo virado en rosa de la teleserie '<strong>Lo que escondían sus ojos</strong>' (Tele 5) nos ha proporcionado una escena sorprendente. Han recreado el dormitorio de Franco en El Pardo, y nos lo han enseñado acostadito en la cama, en pijama, junto a su esposa, Carmen Polo, en camisón. Parecía una secuencia de cómic, entre desternillante y tétrica. No recuerdo haber visto en la tele, en los muchos sketches humorísticos y sarcásticos sobre el dictador, que se haya reproducido a Franco metido en la cama con su mujer. O sea, que esta teleserie progresa: ha dado un toque de intimidad conyugal del dictador tan tronchante como siniestra. 

La recreación del dormitorio ha sido buena. Un lugar sombrío y tétrico. Decoración pesada. Oscura. Lúgubre. Sórdida. Pero el responsable de la escenografía y el atrezo se ha olvidado de poner en la mesilla de noche de Franco el brazo incorrupto de Santa Teresa. Siempre lo tenía allí puesto. Hay mucha documentación al respecto. A veces lo hacía trasladar un rato a la capilla de El Pardo, pero enseguida mandaba que la mano incorrupta de la santa regresase a su mesilla, porque dicen que le daba buena suerte. Siempre se negó a devolverla a sus verdaderas dueñas, las monjas carmelitas descalzas de Ronda. Tuvieron que esperar a que Franco muriese.

Con esta escena del sombrío matrimonio encamado, la serie ha creado un género nuevo: novela rosa del fascismo, con toques de esperpento. Eso nunca lo hubiera firmado Corín Telladopero sí <b>Nieves Herrero</b>. En los capítulos que ya llevan emitidos, el suave paisaje de papel pintado que conforman Serrano Suñer y la marquesa de Llanzol ha alcanzado momentos churriguerescos. El otro día, cuando se citan en París, ella lo recibe en la bañera. En bolas, naturalmente. Y él, que debió llegar caliente, también se precipita dentro, con el traje puesto y los zapatosde charol¡Ahh! Parecía la mala copia de un cómic boulevardier.

Después de cada capítulo, Tele 5 estira el chicle de este folletín haciendo un spin-off, un añadido, de comentaristas que van cocinando la salsa correspondiente. Entre ellos se distingue Jaime Peñafiel. Como ahora, en la serie, la marquesa ya está embarazada de Serrano, y va a nacer Carmen Díaz de Rivera, el cronista Peñafiel le ha dedicado un souvenir. Dijo: «Carmen llegó a Suárez a través del Rey. Había podido haber una relación entre los tres. No digo que hicieran un trío, ¡pero sí entre los tres!». ¡Ah! Que no falte el cotilleo.