Ventana de socorro

Moldes viejos

Al igual que el cine ofrece distintas versiones de un hecho, Europa ha de construir otra historia

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ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE

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El sábado Jean-Claude Carrière, el guionista y escritor francés colaborador de Buñuel y de tantos otros grandes del cine y el teatro, recibió un premio a toda su carrera en la gala de la Academia del Cine Europeo, la EFA. Estábamos en Breslavia, una ciudad que sabe tanto de la historia de Europa. Perteneciente a imperios distintos, fue parte de Alemania hasta 1945, cuando tras el fin de la guerra mundial fue otorgada a Polonia. La totalidad de la población alemana fue expulsada y otros cientos de miles de polacos desterrados en Siberia o provenientes de regiones devastadas fueron obligados a recolonizarla. Ahora es una floreciente y hermosísima ciudad llena de vitalidad que se reconcilia con su pasado, incluyendo la huella invisible de miles judíos exterminados.

Carrière recordó a Andrzej Wajda, el fecundo director de cine polaco, y su colaboración con él en una película sobre la Revolución francesa, Danton. Explicó que aceptó hacer una película sobre un tema archiconocido por los franceses, precisamente porque el director era polaco y la mirada desde fuera le garantizaba un proyecto interesante, fresco, distinto. Nunca la hubiera escrito para un director francés, afirma Carrière. También contó el proceso de escritura de una larguísima y crucial escena del filme, el momento en que Danton se enfrenta a RobespierreDanton era Gerard DepardieuRobespierre, un actor polaco, Wojciech Pszoniak. Ninguno de los dos hablaba el idioma del otro. Durante varios fines de semana se encerraron en una sala WajdaCarrière, un cámara y los dos actores que iban recitando sus diálogos, improvisando y construyendo la relación entre ambos líderes revolucionarios, tanto en polaco como en francés. Dice Carrière que la comunicación entre ambos era tan poderosa que llegaban a entenderse y la escena cobró vida. No hay modelos, dice Carrière. Cada historia requiere su propia forma y su propio método. Quizá eso sea lo que nos pasa ahora a los europeos, es otra historia la que tenemos que construir y para ella no sirven los moldes viejos.