ANÁLISIS

Corrupción: suma y sigue

Las medidas legales no suelen aplicarse porque los tribunales de cuentas o están desconectados o sufren tortícolis crónica

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JOAN J.QUERALT

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Usted ha de ser operado a corazón. Esperará un especialista de primer orden, como los que tenemos, unas excelentes instalaciones, como las que tenemos, una atención adecuada, como la que tenemos, todo ello a cargo de sus impuestos y cuotas, como los que religiosamente paga.

Pues bien, nada de eso va a tener lugar, salvo en lo referente al personal que sí será de primera. Los quirófanos prácticamente no se han renovado desde la guerra, el material todo es reusado y las caducidades dilatadas hasta lo inverosímil. Eso sí: la propaganda oficial proclamará que los pequeños fallos son meros casos aislados y que la atención es la envidia del mundo. Lo que salga bien, solo por empeño los facultativos, además mal pagados, poco recocidos y siempre criticados, entra en la categoría de milagro. 

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Cambie atención sanitaria de alta calidad por combate contra la corrupción. Las medidas legales de prevención, que las hay, no suelen ser aplicadas, pues los órganos de control y supervisión de gastos o tribunales de cuentas o están desconectadas o están aquejadas de tortícolis crónica.

LA CONDENA, UN MILAGRO

Con una plantilla judicial (jueces, fiscales, policías e inspectores de Hacienda) que es la mitad de la media europea, con una ausencia clamorosa de medios (personales y materiales, viviendo de prestado), cuando el partido del Gobierno esta imputado en la mayor trama de corrupción acaecida en España corrupción España y no ha habido ni una sola dimisión, cuando pasa todo esto, que alguien resulte condenado es un puro milagro. Es un auténtico Lourdes penal. Y no será por falta de dedicación, hasta la extenuación, de jueces, fiscales, policías, inspectores de Hacienda y otros colaboradores, sin dejar de mencionar a los funcionarios de a pie que sirven a la Administración de Justicia.

Cuando todo esto pasa, que una condena adquiera carta de naturaleza de milagro, no pasa porque sí: este abandono es fruto de una concienzuda política institucional de amparo a la corrupción sistémica, como un crimen organizado de la mayor gravedad, que tiene como secuencia garantizar la impunidad a los infractores (corruptos y, no lo olvidemos, corruptores) y así, retroalimentándose, proseguir con la extorsión que supone la corrupción incubada en las instituciones estatales.

PALOS EN LAS RUEDAS

La propaganda oficial dirá que la lucha contra la corrupción es infatigable. Dos muestras de lo contrario. Desde diciembre de 2011, cuando el PP recuperó el poder, no se ha creado un solo órgano judicial en España; eso sí, se ha procurado laminar la acción judicial de jueces y fiscales capaces y solo obedientes a la Ley; ahí está el torpedeo de las instrucciones de las ramas de 'Gürtel', que por ahora solo tiene condenado ... a un juez de instrucción.

Otra muestra: de nuevo la propaganda oficial recurre de modo impropio y torticero a la vulneración de los derechos fundamentales de los corruptos (la presunción de inocencia, el honor, la imagen personal y familiar...) para poner palos en las ruedas, cuando no censurar abiertamente el derecho a la información veraz del que cada ciudadano es acreedor.

Milagro, pues. Y tendencia a la perpetuación de la impunidad, también. Invertir la tendencia es fácil, si se quiere de veras.