Gasto público eficiente. Algunas soluciones

Se trata de gastar el dinero de todos de manera eficiente y justa para todos

EDUARDO MARTÍNEZ ABASCAL

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Prácticamente todos los estados gastan más de lo que ingresan y no ahora, desde siempre y en años malos y en años buenos, siempre hay déficit público. En artículo anterior comentábamos el problema crónico del déficit público. El problema no es el déficit público, que algunos años puede estar justificado. El problema es que no hay incentivos para que el dinero de todos (el dinero público) se gaste de forma eficiente, como hace cualquier familia o empresa.

Apuntábamos dos posibles causas de este gasto público descontrolado. Una es la falta de transparencia que hace que el ciudadano no sea consciente de todos los impuestos que paga. Y la otra es que el político gana votos cuando gasta y los pierde cuando aquilata el gasto, pues algún colectivo se ve perjudicado respecto a su estatus anterior. ¿Esto tiene solución? Pues creo que no, pero puestos, aquí sugiero dos medidas que quizá serían eficaces de cara a un gasto del dinero de todos más eficiente.

Transparencia total sobre los impuestos que pagamos cada uno. Por ejemplo, que en la nómina me indiquen el coste salarial total y lo que se dedica a Seguridad Social, IRPF, desempleo, etc. En la actualidad nos ocultan nada menos que el 30% de nuestro salario, el llamado coste seguridad social pagado por la empresa. Y ya sería la pera si cada trimestre o cada año me enviaran un resumen de todos los impuestos que he pagado, estatales, autonómicos, municipales, etcétera.

Vendría muy bien que se publicara un informe muy sencillito sobre cuántos impuestos paga el residente español: promedio de salario y promedio de impuestos pagados y en qué concepto. Creo que no sería complicado. Y si además nos indican cuatro escalones salariales (desde salario alto al bajo) y sus correspondientes impuestos, pues mejor todavía. Y si además haces comparaciones por Comunidades Autónomas, pues mejor. Creo que el efecto de esto sería que el ciudadano sería más consciente de lo que le cuestan los servicios que recibe del Estado. Cuando uno ve en blanco sobre negro que el 40% o más bien el 50% de sus ingresos van al Estado, quizá se mira el gasto público de otra manera.

La otra medida es actuar sobre los que toman decisiones de gasto. Hay que alinear incentivos. Hay que dar bonus para los que ahorran gasto público, manteniendo los niveles de calidad, porque trabajan mejor o más. Y esto aplica desde el Gobierno central hasta los profesores de un instituto. Si eres director de instituto, ¿qué incentivo tienes por ahorrar? ¿Alguien te lo va a reconocer? Al revés. Por eso pedirás más profes, más mobiliario, mejores instalaciones, etcétera. Y probablemente en algunos casos esté justificado, pero no siempre. Si una parte del ahorro de gastos va al profesorado como bonus, tendrán un incentivo para gastar lo justo y no más. Pongo este ejemplo pero hay miles de ellos. ¿Y esto se hará?... pues creo que no. Hay mucho colectivo privilegiado y vociferante mientras que los que pagan son muchos más pero silenciosos y no organizados. Insisto, no se trata de recortar por recortar, si no de gastar el dinero de todos de manera eficiente y justa para todos (y no sólo para algunos).