Operación diálogo

A raíz del nombramiento de Enric Millo como delegado del Gobierno se ha anunciado a bombo y platillo una nueva era de diálogo que maravillará a los catalanes

Millo Puigdemont

Millo Puigdemont / periodico

ANDREU
Pujol Mas

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A raíz del nombramiento de Enric Millo como nuevo delegado del Gobierno en Catalunya -lo que antes se llamaba gobernador civil-, se ha anunciado a bombo y platillo una nueva era de diálogo que nos maravillará y hará que los catalanes abandonemos cualquier pretensión independentista. Incluso la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría dispondrá de un despacho en Barcelona. Dato clave, porque todo el mundo sabe que las pancartas de todas las manifestaciones hechas en Catalunya exigen una oficina para la vicepresidenta, preferentemente con sillones de piel, buenas vistas y un pequeño mueble bar con cacahuetes y whisky por si hay visitas.

Podría ser que un despacho muy bien dotado nos ayudara a olvidar que en el verano del 2014 Artur Mas se presentó en casa de Mariano Rajoy con un paquete de 23 propuestas, ninguna de ellas relacionada con la independencia de Catalunya ni siquiera con el ejercicio de la autodeterminación, y que a día de hoy todavía no se ha cumplido ni una. Propuestas tan poco ambiciosas como que el Gobierno cumpla la ley con respecto a las ayudas a la dependencia y la invasión de competencias, o que se reduzcan los intereses que se cobran a los catalanes para disponer de su propio dinero a través del FLA.

LOS PÉRFIDOS ADOCTRINADORES

Espero que el nuevo despacho disponga de un buen sofá para hacer una siesta después de comer, que haya un televisor para desconectar del intenso diálogo y, por supuesto, que tenga aire acondicionado para hacer mucho más pasable el verano. De esta manera seguro que llevaremos mucho mejor el hecho de que Enric Millo relacionara no hace mucho tiempo la situación política en nuestra casa con el nazismo y dijera que, «comparando los estilos de propaganda, en Catalunya existe adoctrinamiento». Un delegado que ha sido diputado de la quinta fuerza en el Parlament de Catalunya y una vicepresidenta de un Gobierno que ha tenido cuatro partidos por delante en las elecciones estatales sí saben lo que necesitamos. Suerte que han llegado para traernos el diálogo de sordos que hará pasar por el aro a los pérfidos nazis adoctrinadores.