Al contrataque

Gigante Trump y pequeño Bush

George W. Bush (el hijo) acude al psiquiatra: "Mire doctor, que me siento acomplejado por el enorme talento de Trump"

Trump y su mujer, Melania, felicitados por la multitud tras el discurso de aceptación de la victoria del magnate, en el hotel New York Hilton Midtown, en Nueva York, el 9 de noviembre.

Trump y su mujer, Melania, felicitados por la multitud tras el discurso de aceptación de la victoria del magnate, en el hotel New York Hilton Midtown, en Nueva York, el 9 de noviembre. / periodico

XAVIER SARDÀ

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George W. Bush (el hijo) acude al psiquiatra.

-Dígame… ¿qué le preocupa?

-Mire doctor, que me siento acomplejado por el enorme talento de Trump.

-Cuénteme…

-Mire qué frase: «Podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería votos». Nunca se me habría ocurrido algo tan genial.

-Entiendo, señor Bush, pero piense que este talento es muy excepcional. No se compare con Trump.

-Ya, doctor, pero mire esta otra frase: «Establecería el ahogamiento simulado para los sospechosos de terrorismo». Es pura poesía. ¿Por qué yo no tuve la brillante idea de decirlo en público?

-Señor Bush, el arte de Trump se lleva en la sangre. Es casi genético.

-Es un puto artista, doctor. Mire esta creación: «Pido el bloqueo completo y total a la entrada de musulmanes en EEUU».

-Reconozco la brillantez mental de Trump, pero no se mortifique.

-Pero doctor, si hasta Aznar tuvo su frase de oro: «Quién es el Gobierno para decirme cuántas copas debo beber para conducir. No pongo en riesgo a nadie».

-Es verdad… 'in vino veritas'. Ahí estuvo fino el hispano.

-Mire doctor, aquí Trump roza la perfección: «Cuando eres una estrella puedes hacer cualquier cosa. Agarrarlas por el coño, lo que quieras».

-Señor Bush este camino solo le lleva a la frustración. Trump es único y formidable y usted no puede luchar contra tanta inventiva.

-Pero doctor, es que además ha proclamado que no le gustan las mujeres «cerdas guarras, perras, patanes y animales asquerosos».

-Sensacional. Mire, Trump es Mozart y usted es Salieri. Asúmalo, sea feliz y sobre todo no recaiga.

-Pero doctor, observe esta ocurrente obra de arte: «El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos, para volver a la industria manufacturera estadounidense no competitiva».

-Realmente Trump es el actual fénix de los ingenios...

-Estamos de acuerdo. Cuánta clarividencia doctor: «Este es un país en el que hablamos inglés, no español». ¡Qué perspicacia!

-Señor Bush, le voy a recetar un sedante… tiene que serenarse.

-Espere, espere… Trump es mi héroe: «Si yo llego a estar al mando, dudo que los terroristas del 11-S hubiesen entrado al país». ¿Lo ve?... ¡Que bellísima ucronía!

-Pura erudición, señor Bush, pero no se me venga abajo. Piense que más limitado era Tony Blair

-No me hable del tontito traidor. Se cagó y pidió perdón por lo de Irak. En cambio, Trump... Mire qué frase: «México nos envía a gente que tiene problemas, que trae drogas, crimen…, que son violadores».

-¡Es un rapsoda, no se compare con Trump! Es como si yo me comparase con Freud. ¿Por qué se despeina?

-¡Quiero un peinado como el de Donald Trump!