Análisis

Vértigo e incertidumbre económica

Una disputa abierta entre el presidente de EEUU y la Fed sería catastrófica para los mercados y se traduciría en episodios de alta volatilidad

Un analista trabaja rodeado de monitores con la situación de los mercados financieros.

Un analista trabaja rodeado de monitores con la situación de los mercados financieros. / periodico

PABLO GARCÍA SÁNCHEZ / Máster en Teoría Económica y Econometría por la Toulouse School of Economics y analista de Agenda Pública

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Lo increíble ha ocurrido. El candidato republicano, Donald Trump, será el próximo inquilino de la Casa Blanca. Y, desde luego, no son buenas noticias. Sin embargo, los mercados internacionales vivieron el miércoles una jornada discreta, tras las primeras palabras conciliadoras del ya presidente electo. Nos encontramos en un terreno inexplorado, en el que el populismo ha ganado la presidencia de la primera potencia militar y económica del mundo. Los electores norteamericanos nos acaban de invitar con su voto a abrocharnos los cinturones de seguridad, porque todo apunta a que nos espera un vuelo con fuertes turbulencias y alta volatilidad.

Durante los últimos días, la mayoría de los analistas han realizado sus estimaciones sobre el impacto financiero que tendría una hipotética victoria de Trump. Confirmada en las urnas,  el mensaje es claro y desesperanzador: prepárense contra agudas tensiones financieras.

Por ejemplo, respecto a la posible evolución en el S&P500, Barclays prevé caídas de entre el 11% y el 13%. El profesor del MIT Simon Johnson era aún más pesimista antes de las elecciones y señaló que una eventual victoria de Trump provocaría "un derrumbe de los mercados y sumergiría al mundo en una recesión".

SOSTENIBILIDAD DE LAS CUENTAS PÚBLICAS

En términos de política fiscal, existen motivos para disparar todas las alarmas, ya que la situación es de por sí muy delicada. La economía norteamericana se enfrenta a crecientes déficits estructurales y a niveles de deuda pública en máximos históricos. Los compromisos electorales lanzados en campaña por Trump amenazan seriamente la sostenibilidad de las cuentas públicas. En el futuro está por ver si los mantiene.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Las promesas electorales de Trump en materia fiscal\u00a0","text":"son irresponsables e ilusas"}}

Y es que sus promesas electorales en materia fiscal solo pueden ser calificadas de irresponsables e ilusas. Donald Trump ha prometido masivas bajadas de impuestos, concentradas en las clases de mayor poder adquisitivo, ya que, según ha manifestado en innumerables ocasiones, "EEUU es uno de los países con mayor presión tributaria del mundo". De materializarse, se estima que estos recortes de impuestos reducirían la recaudación tributaria en torno a 10 billones de dólares.

Al mismo tiempo, ha prometido el mayor programa de infraestructuras públicas desde los años 50. "Construiremos las carreteras, las autopistas, los puentes, los aeropuertos y las redes ferroviarias del futuro", ha dicho. Populismo en estado puro que conseguiría incrementar la deuda pública en 11.5 billones de dólares, alcanzando la alarmante cifra del 130% del PIB en el 2026.

EL CONTROL DE LA RESERVA FEDERAL

La política monetaria es otra de las grandes incógnitas y siembra enormes temores en todos los actores. Los comentarios de Trump durante la campaña electoral, cuestionando los cimientos de la Reserva Federal y la independencia de la presidencia de Janet Yellen, suponen una amenaza real a la actual hoja de ruta de la Fed. El presidente electo ha acusado en varias ocasiones a Yellen de mantener los tipos extremadamente bajos con el fin de crear una economía falsa que favoreciera la agenda política de la Casa Blanca. Según sus palabras, "el presidente Obama es el que mantiene baja la tasa de interés".

El magnate elegido en las urnas ha dado a entender en más de una ocasión su intención de controlar el funcionamiento de la política monetaria. Solo el hecho de que cuestione la independencia de la Fed resulta amenazador y justifica los temores sobre el retorno de las tensiones financieras y la recesión económica. Las consecuencias sobre los tipos de interés, los mercados de deuda soberana y las primas de riesgo son inciertas y poco esperanzadoras.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"El escenario de una hipot\u00e9tica\u00a0","text":"guerra comercial con China provoca escalofr\u00edos"}}Una disputa abierta entre el presidente de EEUU y la Fed sería catastrófica para los mercados y se traduciría en episodios de alta volatilidad. Los países emergentes estarían entre los mayores damnificados, como mostró el taper tantrum del 2013, en el que el mero rumor de una subida de los tipos de interés causó desplomes en los flujos de inversión, bajó los precios de los activos y devaluó sus divisas ante el dólar.

RECHAZO DE LA GLOBALIZACIÓN

Preocupan seriamente los efectos sobre el comercio internacional. Donald Trump nunca ha escondido su rechazo a la globalización, y en cambio propone, entusiasta, un rancio proteccionismo comercial. El panorama sombrío que se avecina no puede hacer olvidar las repercusiones sobre la economía global de una hipotética guerra comercial con China, un escenario este que provoca escalofríos.

En Europa la situación preocupa especialmente dado el mayor nivel de incertidumbre económica. La mayoría de los expertos señalan que la presidencia republicana tendrá efectos muy negativos sobre la creación de empleo.

Se ha abierto un nuevo ciclo histórico que va a cuestionar muchos de los principios democráticos hasta ahora mayoritariamente aceptados por los ciudadanos. Mantengamos las alertas.