Análisis

La velocidad, una cuestión más allá de los radares

Debería ser obligatorio que todas las señales de aviso de un control llevaran incorporadas también el límite alque se puede circular

La situación de los radares de Trànsit El debate ante las elecciones del 22-M Las polémicas fotos de Bin Laden muerto_MEDIA_3

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LLUÍS PUERTO

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En el 2014 llegaba para quedarse una nueva tipología de radar. A principios del 2016, el Servei Català de Trànsit anunció un plan de choque para detener el preocupante incremento de muertes en carretera que se había dado en el 2015 en Catalunya, cuando subieron un 20%. Este plan incluía la instalación de 19 radares de tramo durante el 2016, que se añadían a los 216 radares puntuales, 11 radares de tramo y un número indeterminado de radares móviles que ya existían en la red a finales del 2015.

Los radares de tramo se diferencian de los puntuales en que no miden la velocidad en un punto concreto, sino que calculan la velocidad media a la que circulamos durante una distancia de varios kilómetros, normalmente unos cinco kilómetros. Si nuestra velocidad media supera el límite de velocidad, nos multan.

En cierto modo, el de tramo es un sistema menos arbitrario que el radar puntual, ya que se entiende que se ha estado superando la velocidad de forma continuada a lo largo de una larga distancia, mientras que el radar puntual puede castigarnos por un único error en todo el trayecto. También evitan los peligrosos frenazos antes del radar puntual, que suceden a menudo y pueden generar choques posteriores.

Ahora bien, en Catalunya se están reduciendo las víctimas mortales del tráfico el 15% respecto al año pasado, liderando la caída en toda España donde la mortalidad está subiendo este año el 4%. Por lo tanto, sería razonable plantearse si es apropiado continuar añadiendo más radares de velocidad cuando en Catalunya los conductores están cumpliendo con los deberes. Pero obtendríamos por respuesta -y con cierta razón- que es, en parte, gracias a esta política de tolerancia cero con los excesos de velocidad que Catalunya cuenta con una de las tasas de mortalidad por accidentes de tráfico más bajas del mundo aunque los 291 muertos anuales en accidentes aún son demasiados.

Lo que sí pensamos desde el RACC que se puede mejorar en este proceso inexorable hacia la 'visión cero' de accidentalidad es la transparencia del sistema. No debería ser, como ya anunciamos hace pocos meses en un estudio que analizaba 400 kilómetros de carreteras, que solo el 21% de las señales de radar lleve incluido cuál es el límite de velocidad a partir del que nos multarán, y que en el 58% adicional de los casos, entre la señal informativa de radar y el propio dispositivo no haya ningún recordatorio del límite de velocidad.

AVISO INCOMPLETO

Creemos que si la finalidad de esta política es exclusivamente la de incrementar la seguridad vial, debería ser obligatorio que todas las señales de aviso de radar lleven incorporado también el límite de velocidad. Así resultaría más fácil para todos cumplir y mejorar la seguridad vial. Porque la gestión de la velocidad no es solo una cuestión de más o menos radares. ¿No sería necesario adecuar los criterios de señalización del límite de velocidad a las características de la vía y realizar una campaña de adecuación por todo el territorio? Pensemos en ello.