CARGOS PÚBLICOS Y ASUNTOS FAMILIARES

Votos con cigüeña

"El niño siempre enternece", dicen los manuales de márketing político y lo de quedar embarazado en el poder ya es el colmo

Ada Colau con su hijo

Ada Colau con su hijo / EFE / ALBERTO ESTEVEZ

TONI AIRA

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"Capitán, mande firmes”. Esa fue la frase que pasó a la historia en la toma de posesión de la primera ministra de Defensa de España, Carme Chacón. Pero la imagen, la foto, se la llevó ella, embarazada, pasando revista a las tropas. Era un “pelotazo mediático”, en boca de Miguel Barroso, quien entonces era su marido y secretario de Estado del primer gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero. Así lo afirmaba Joaquín Leguina en su libro 'Zapatero, el gran organizador de derrotas'. El embarazo, importante, cuando une lo político y lo mediático. La alcaldesa Ada Colau no ha sido la primera en conjugarlo.

Ahora sabemos que la lideresa del Cap i Casal está embarazada de 13 semanas, y eso para culminar una semana política en que lo suyo había sido adjuntar su imagen al triste espectáculo de la estatua ecuestre de Franco en el Born. Eso había quedado de lo más amargo de su hasta ahora bastante plácido mandato, pero ha sabido rematar dulcemente.

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“El niño siempre enternece”, dicen los más canónicos manuales de márketing político. Y de ahí que no haya político que se precie, a derecha, centro o izquierda, que no tenga su foto besando a niña o niño en campaña. Lo de quedar embarazado en el poder ya es el colmo de la cosa. Evidentemente que en la mayor parte de casos se hace por razones personales y no políticas, pero una vez en el ajo, los líderes y sus asesores acostumbran a saber sacar brillo al feliz acontecimiento. Los del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, guardaron el anuncio del embarazo de su mujer para la campaña de las elecciones gallegas de hace unas semanas. Y no les fue nada mal.

EL PUNTO ÁLGIDO DE SUSANA DÍAZ

Susana Díaz, estas semanas tan en boga, y no precisamente en clave simpática (especialmente para los suyos), se convirtió en el 2015 en la primera presidenta de un gobierno autonómico en quedarse embarazada durante su mandato. Fue su 'momentum', el punto álgido. Hizo campaña, dos meses después del feliz anuncio en enero de aquel año, entre regalos para el futuro bebé. Su imagen de dura alpinista de la política se dulcificó. Y lo mismo había pasado con Nicolas Sarkozy cuando anunció que su mujer Carla Bruni tendría una criatura con ellos en el Eliseo. Lo hizo justo nueve meses antes de las presidenciales francesas de julio deL 2012. En este caso, los efectos de la crisis económica pesaron más que la empatía que pudo generar la buena nueva de la pareja, que además cabe decir que lo llevó con gran discreción. Pero el dato ahí estaba.

En el 2000, de la mano del matrimonio Tony y Cherie Blair, llegó el primer bebé a Downing Street en más de 150 años. Y como todo lo que acompañaba a aquel Blair aún en estado de gracia, aquello fue un huracán mediático, convirtiendo a Leo, el nuevo hijo del 'premier', en una estrella antes de nacer. Justo un año después, en junio de 2001, su padre repetía victoria en unas elecciones británicas. Cosas de esos niños que sabemos que no vienen de París, pero sí con una cigüeña que con ellos acostumbra a acompañar de votos en potencia a los felices papás.