Que lo disfruten

Me gusta cantar a pesar que desafino y me gusta grabarme cantando en mi coche con el móvil y compartirlo en mis redes

JORDI TRILLA

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Me gusta cantar en el coche. Me gusta cantar a pesar que desafino y me gusta grabarme cantando en mi coche con el móvil y compartirlo en mis redes sociales. Lo confieso. No tengo vergüenza en hacerlo ni en admitir que me gusta.

Todo empezó con mi amiga Anna Maria. Los dos refugiados en su coche esperando que su hija saliera de un concierto para adolescentes. Y sonó un temazo de los 70 en la radio. Arrancamos a cantar. Y luego vino otro hit. Adiós aburrimiento. Al tercer éxito consecutivo nos dijimos “¿Por qué no lo grabamos y lo subimos a Facebook para que se rían nuestros amigos?”

Si quieren buscarnos, la etiqueta es #AnnaMariayJorgito. Desde hace 18 meses no hemos parado de hacerlo cada vez que nos vemos: cena y después canción en el coche. No vamos a ser modestos. Tenemos auténticos talifanes que nos solicitan canciones. “Hazme una Massiel… O unos Pecos”. Es cierto. Tenemos fieles seguidores que esperan la mañana del domingo para ver el vídeo que grabamos la noche anterior.

Resulta que somos graciosos. No cantamos bien, nada bien, desde luego, pero lo suplimos con coreografía y mucho entusiasmo. Lo que no somos es originales. Fisgoneas por las redes y hay cientos, miles de locos por el mundo como nosotros que exactamente hacen lo mismo. El fenómeno tiene su máxima expresión con el británico James Corden.  Es la nueva estrella de youtube y la sensación en el magazine de la CBS The Late Late Show. Corden sube a su carpool karaoke a celebrities desde Michelle Obama a Britney Spears. Se trata de un formato de entrevistas espectáculo donde el invitado canta mientras viaja. Vaya, como nosotros pero con medios técnicos.

¿Por qué hacemos lo que hacemos? Y ¿Por qué a la gente le gustan los carpool karaoke? Sesudos estudios neurológicos son unánimes en marcar el gusto por la música como innato en el ser humano. De hecho el oído es el primer sentido en desarrollarse cuando todavía estamos en el útero materno. Nos gustar escuchar música y cantarla. ¡Que levante la mano quién no se haya marcado alguna vez  un I want to break free pasando la aspiradora! El invento del karaoke es una de las grandes contribuciones de Japón a la cultura pop. Justo estos días se conmemoran 15 años de la primera edición de Operación Triunfo. Todo un acontecimiento televisivo que dio paso a otros formatos, todos exitosos, como La Voz, Tu cara me suena

Porque nos gusta la música, nos gusta cantar y soñar… George Cuckor en 1954 firmaba La Rubia fenómeno, una comedia ácida contra la fama y la publicidad de la mano de su protagonista, una inocente Judy Hollyday que alquilaba una valla publicitaria en Columbus Circle para anunciarse  a sí misma y triunfar en Nueva York.  

Fue Andy Wharhol quien dijo que en el futuro, «todos serán famosos mundialmente por 15 minutos”. Se equivocaba. Ahora, con Instagram y los hastags adecuados, con un solo minuto es suficiente. Gracias a nuestros smartphones con cámaras integradas, el 4G y las redes sociales no necesitamos contratar ninguna valla publicitaria.

Pero ¿Por qué en el coche? Simple. Pasamos horas al volante. Algunas estadísticas señalan la diabólica cifra de 666 horas al año. Sin embargo, hasta la fecha, cuando uno entra en el coche se entretiene como puede ante un semáforo en rojo o la caravana del domingo. El coche es nuestra segunda casa. Un espacio cerrado, íntimo, donde nadie nos ve o eso se imaginan los obsesivos de la limpieza nasal… ¿No es mejor cantar que hurgarse la nariz?

 Algunos consejos para iniciarse en el carpool karaoke: primero, elegir bien la canción, un superhit conocido, con una melodía pegadiza que reconozca la mayoría del público. La música tiene el poder de despertar emociones y evocar momentos. Su canción debe transportar a su público a sus propias vivencias.

Segundo, respetar las normas de tráfico. Importante, necesario y obligado.

Y tercero, mejor cantar con el vehículo estacionado, porque seguro que habrá otros momentos para cantar pero de vida solo tenemos una y merecer ser vivida. Así que abróchese el cinturón y cante y baile como si no hubiera mañana.

Que lo disfrute. Que lo disfruten.